Arturo Reyes, a pesar de
los batacazos que le da la vida, quiere seguir viviendo en su mundo, un lugar
lleno de ilusiones y esperanzas, donde para triunfar literariamente sólo debería ser necesario tener talento, pero está muy equivocado…
Nota: Arturo Reyes. Escritor costumbrista malagueño (1864-1913).
Con la publicación de su nueva obra comienza a percibir otra realidad, en la que no es todo de color de rosas, en la que los poetas y novelistas necesitan mecenas para subsistir, en la que es necesario tener “padrinos” que te faciliten la efímera fama y que te abran puertas que de otra forma se encontrarían cerradas. Considera que los artistas no son siempre bien entendidos y además constata un dato muy significativo, el bajo nivel cultural de una parte de la burguesía de su época, que vive en muchas ocasiones de cara a la galería, sin tener a veces idea de lo que están aplaudiendo o criticando….
Con la publicación de su nueva obra comienza a percibir otra realidad, en la que no es todo de color de rosas, en la que los poetas y novelistas necesitan mecenas para subsistir, en la que es necesario tener “padrinos” que te faciliten la efímera fama y que te abran puertas que de otra forma se encontrarían cerradas. Considera que los artistas no son siempre bien entendidos y además constata un dato muy significativo, el bajo nivel cultural de una parte de la burguesía de su época, que vive en muchas ocasiones de cara a la galería, sin tener a veces idea de lo que están aplaudiendo o criticando….
Nuestro catedrático de
referencia, D. Cristóbal Cuevas, nos describe hoy lo que el escritor malagueño
piensa de todo ello…
“Arturo Reyes había
creído hasta entonces, pese a repetidas desilusiones, que bastaba valer para
que el propio mérito fuera reconocido, y que, en su caso concreto, el público
acabaría por comprenderlo y apoyarlo, no permitiendo en modo alguno que se
malograse su talento.
La vida, sin embargo, le
va ya demostrando lo ingenuo de tales convicciones. Pese a sus desesperados
esfuerzos por triunfar, su situación económica sigue siendo deprimente, y su
figura, tras un momento de esplendor debido más que nada a la curiosidad
pública, se ve agriamente discutida, puesta en tela de juicio, y a la postre
postergada.
El fascinante fogonazo de Madrid no le ha redimido
del duro sillón de la covachuela municipal, donde le miran con conmiseración la
estulticia del poder y del dinero.
Arturo se va
convenciendo de que no hay pedestales más que para los ricos, que hoy aplauden
calurosamente, en el colmo de la irresponsabilidad, sus obras sin haberlas
leído, y mañana las olvidan y fingen no reparar públicamente en la persona del
escritor, que no pasa de ser para ellos un triste escribiente ingenioso y
estrafalario.
Todo un castillo de
ilusiones comienza a venírsele abajo en medio del estrépito de la torpe
polémica, que ya parecía adivinar en uno de los poemas el libro recién
publicado:
“¿Ay del que busca una
mano
protectora! ¡Ay del que
siente,
piensa y lucha
noblemente
por ganar la excelsa
palma!
¡Del que lleva algo en
el alma
y algo también en la
frente!...
Jamás encuentro a mi
lado,
en la terrible
contienda,
de una esperanza la
ofrenda
que me aliente y que me
escuche;
ni hallo nadie que me
ayude
ni nadie que me
comprenda.”
Los versos de “Desde el
surco” contienen ya en esencia los gérmenes todos de esta profunda crisis, que
se había gestado lentamente al surgir de sus poemas, y que ahora estalla
con violencia irresistible.
Continuará…
BIBLIOGRAFÍA:
- “Arturo Reyes. Su vida
y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García,
Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural.
C. S. I. C. 1974.
- Archivo familiar Reyes
(ART).
Hay que imaginar aquella sociedad tan cerrada y elitista de la burguesia de entonces...y hay que pensar los pocos medios con los que se contaban en aquella época para difundir la cultura, la poesia....en aquella Málaga de las mil tabernas y una sola libreria.....
ResponderEliminarPrecioso relato de la vida de tu abuelo, bonita poesia....
Un beso...