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Archivo Arturo y Adolfo Reyes Escritores de Málaga por Mª José Reyes Sánchez se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.

domingo, 23 de marzo de 2014

EL ESCRITOR COSTUMBRISTA MALAGUEÑO ARTURO REYES Y SU RELACION CON EL FLAMENCO.

Según informa “Liceo Flamenco” en su página web, “es de gran importancia la labor de Málaga en el mundo del flamenco y sus aportaciones en los nuevos estilos y grandes artistas que han nacido en nuestra tierra. Este arte también ha encontrado en nuestra ciudad a grandes pensadores, poetas y artistas que han sabido darle un respaldo documental y artístico.

En pleno siglo XIX, corría la época del “café de cantantes”, y Málaga se había posicionado en el itinerario nacional como la ciudad con el mayor circuito de cafés dedicados al flamenco, con más de 20 locales en los que se podía disfrutar de toda la esencia de este arte.

Así se justifica que solo en los alrededores de la plaza de la Constitución se ubicaran el Café Sin Techo, La Loba, La Lobilla, El Suizo, El España, El Turco, El Chinitas, Las Pistas…
Pero la mala prensa de estos establecimientos -siempre rodeados de escándalos- acabó con ellos.”


Mi bisabuelo Arturo, como no podía ser de otra forma, se sintió también muy influenciado por el mundo del flamenco, y gustaba acudir a estos cafés cantantes. Su afán de saber le hizo obtener un gran conocimiento de este arte y encontramos en sus obras múltiples referencias a nuestros cantes.

Hoy vamos a conocer de la mano de uno de nuestros visitantes más ilustres, Rubén Darío, como era el Café España, en el que seguramente Arturo disfrutó de inolvidables momentos.



Y como siempre es el catedrático D. Cristóbal Cuevas quien nos informa de ello:

“Sin embargo, todavía ahora es posible ver a Arturo, de vez en cuando, en las juergas flamencas de los “cafés de cante”, uno de los cuales, el de “España”, nos describe la pluma de Rubén Darío en magnífico testimonio de los ambientes en que Reyes, por estos mismos años, se  divertía.

“El local es un largo salón, con mesitas, como cualquier café, y en el centro un tablado, sin adorno alguno.”

“Concurrencia heteróclita; humo de cigarros; uno que otro “señorito”, uno que otro militar, algunos campesinos, que aquí llaman catetos. De pronto, los acordes de un piano se oyen, y aparecen  en el tablado seis u ocho mozas vestidas de semimajas, es decir, de majas que a la conocida indumentaria han agregado adornos y pompones a la francesa.”

“Llevan colores vistosos en las faldas cortas y acampanadas, en los corpiños; y en las cabezas rizadas y de peinados bajos, portan moños de cintas y flores de tintes violentos, flores naturales o artificiales. Bailan primero las boleras, que son las que llevan esas faldas cortas, y se acompañan con las castañuelas, bailan el ole, que tiene el ritmo de un vals; los panaderos, más despaciosos, por dos parejas, las sevillanas, el jaleo, el vito, las soleares, las “seguirillas”, y hasta jotas.

Hay cierta gracia, pero deslucen las arrugadas medias color carne, los trajes sin esmero, los zapatos usados, las sonrisas forzadas en las caras llenas de pintura, los horribles calzones que se exhiben al dar las ligeras vueltas o al hacer un quiebro de cintura.”

“Después de las boleras bailan las flamencas sus polos, medios polos, zapateados, tangos y otros bailes. Las flamencas llevan faldas largas, no llevan castañuelas, pero hacen sonar los dedos imitándolas, y tienen un coro de jaleadores que las anima con gritos, con los tradicionales “oles” y “arzas”, y que siguen el ritmo con las palmas…”

“Después que han bailado, descienden boleras y flamencas a visitar a los consumidores en las mesitas, a hacer gastar lo más que se pueda, según la consigna del dueño del café. Todas las que he visto son muy jóvenes y bonitas, afeadas tan solamente por lo sórdido de los vestidos. Hay una niña de trece a catorce años, portadora de monstruosas piernas postizas. 

Pregunto a un vecino qué dice la “Liga contra la trata de blancas” a este respecto, y me contesta que estas jóvenes son, o por lo menos dicen que son, honestas. De mesa en mesa van trasegando manzanilla, de mesa en mesa donde hay extranjeros o forasteros, porque los nativos conocen el juego y no se dejan explotar. Las caras de las muchachas, cubiertas de polvos y de afeites, exageradamente brochadas de rojo, a los resplandores de la luz eléctrica, toman reflejos extraños, se ven en verdad lamentable, con un aspecto cuasi grotesco, penoso y triste, en su fiesta, como en un cuadro de Zuloaga. Las infelices beben, beben para volver a bailar y volver a beber. Las interpelan conocidos, de chaqueta y americana corta y sombrero cordobés, les dicen groseras galanterías, les murmuran proposiciones, se burlan de ellas, y a veces las insultan… El piano inicia de nuevo el son y ellas, descaradas, bestiales, ingenuas, suben de nuevo a las tablas.”

Continuará…

BIBLIOGRAFÍA:

- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.
- Archivo familiar Reyes (ART).


ENLACE LICEO FLAMENCO (MÁLAGA):


sábado, 15 de marzo de 2014

EL ESCRITOR COSTUMBRISTA MALAGUEÑO ARTURO REYES: LAS ESCENAS RURALES.


Arturo no sólo buscaba la inspiración en los barrios más típicos y populares de nuestra ciudad sino que también la encontraba estando en contacto con la naturaleza. Le encantaba poder perderse en el campo sólo o en buena compañía, para observar y disfrutar tranquilamente de todo lo que encontraba a su paso para después plasmarlo en su obra. 

En muchos de sus poemas dejó constancia de ese amor sublime que sentía, hacia la madre tierra, con títulos como “En la sierra”, “En la roca”, “La fuente y el caminante”. Y son muchos también los cuentos cortos que dedica a diferentes pueblos y personajes de nuestra provincia: “Al Colmenar con careta”, “El sol de Casariche”,  “El niño de la tumbaga”, etc.

Hoy como siempre nuestro querido catedrático D. Cristobal Cuevas nos informa de ello…

“Esta visión de jardín semi-urbano, semi-campesino, y de gentes sencillas (el de D. Narciso Díaz de Escovar), se completaba en aquel tiempo con sus frecuentes escapadas a “Los Montes”, finca próxima a Colmenar, subiendo por la carretera de Granada, donde Arturo acostumbraba a ir frecuentemente, y donde incluso pasaba cortas temporadas.



Nota: "Homenaje a los Montes de Málaga", cuadro realizado por el famoso pintor de Vélez - Málaga, D. Evaristo Guerra.

Allí se ponía en contacto con la naturaleza bravía, con los ambientes rurales llenos de pánicas alegrías y de oscuras tragedias, que se reflejarán en su obra en narraciones multiformes, cuya culminación está en “El lagar de la Viñuela” y en “Cielo Azul”.

A su regreso a Málaga, lleno el ánimo de la paz campesina, las “noches de Arturo” eran el contrapunto urbano de aquellas vivencias rurales; son las noches fantásticas que tantas veces le consolaron también con su esperanza en las horas interminables de oscuro trabajo en el Ayuntamiento.

“Sacude el colorista famoso el yugo municipal ya puesto el sol – escribía el periodista Maese Güervo- a la hora de las biznagas”. Su agarena figura, tocada con el clásico cordobés, huye del británico vecindario que anida en la Caleta.

Esclavo de su pasión, rebusca materiales del Perchel a Capuchinos, del Bulto a la Goleta. Y el fruto de una observación idólatra, cristaliza por la noche en cuartillas, cuyo conjunto más tarde son los heraldos de su fama.”

Cada vez se hacen más raras las noches de ventorrillo, las que tanto le gustaban antaño, entre amigos cabales, cantaores y danzaderas, mientras la temperatura lírica subía y subía, al calor de los cañeros de manzanilla.”

Continuará…

BIBLIOGRAFÍA:

- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.

- Archivo familiar Reyes (ART).

sábado, 8 de marzo de 2014

EL JARDÍN DE DON NARCISO DÍAZ DE ESCOVAR EN LA CALLE LOS NEGROS (MÁLAGA) (II)


Arturo Reyes nunca pudo olvidar las gratas horas pasadas en el jardín que Narciso Díaz de Escovar, su íntimo amigo, tenía en la típica calle Los Negros. Un lugar muy querido para el escritor malagueño, en el que pasó momentos inolvidables y al que le dedicó una hermosa poesía: “Añoranzas”, de la que hoy vamos a publicar unos fragmentos.


 Nota: D. Narciso Díaz de Escovar, literato español.

Fue un lugar de encuentro al que solían acudir amigos intelectuales, personajes influyentes así como relevantes políticos.

Mi bisabuelo se encontraba en este espacio como en su propia casa, y disfrutaba mucho con el entorno porque además este vergel estaba rodeado de corralones donde personajes populares le servían de inspiración a su pluma. Allí fue donde probablemente recogió el habla popular malagueña para transcribirla fonéticamente y plasmarla en sus obras sin artificio alguno. 

Como siempre el catedrático D. Cristóbal Cuevas nos deja constancia de ello en su libro:

“Más tarde, en un poema lleno de nostalgias, se complacerá nuestro poeta en recordar las horas felices que aquí había pasado en soledad o en grata conversación con Narciso, su siempre fraternal amigo:

“Ya es otro jardín, ya es otro,
aquel en que veces tantas,
en días ya bien lejanos,
dimos tregua a la batalla
de este vivir, terco y duro…
Ya es otro jardín, ya es otro;
ya es cual sepulcro que guarda
las reliquias de un pasado
que embellece la distancia,
aquel jardín desde donde
tantas tardes, veces tantas,
viendo del viejo castillo
las aún enhiestas murallas
en arrancar nos gozábamos
al olvido las hazañas
y los hechos cien gloriosos
que silentes presenciaran.

Ya es otro jardín, ya es otro,
aquél donde en las calladas
noches del sereno estío,
noches de azul y de plata,
en que cuajados de estrellas
los cielos, y de fragancias
henchido el aire, sentados
en la rústica terraza
del torreón, que vestía
un viejo parral de pámpanas,
ora escuchando el tan dulce
rasgueo de una guitarra,
bien tañida, o los acordes
de alguna copla gitana,
soñábamos y trepábamos
a las cúspides más altas…”.

Continuará…

BIBLIOGRAFÍA:

- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.

- “Del crepúsculo. Poesías póstumas”. Reyes, Arturo. Poesía: Añoranzas, dedicada a D. Narciso Díaz de Escovar. Zambrana Hermanos, Impresores. Málaga, 1914.

ENLACE ARCHIVO DÍAZ ESCOVAR (FUNDACIÓN UNICAJA):