Hoy queremos daros a conocer un
episodio que consideramos importante en la vida de mi bisabuelo, y que queremos
compartir con vosotr@s. En el año 1910, encontrándose
enfermo, Arturo recibe en su propia casa una sorpresa muy grata e inesperada.
Por
aquella época el escritor malagueño debía residir en la Plaza de Riego nº 30, actual Plaza de la Merced nº 19, donde vivió
los últimos años de su vida.
Creemos que éste es un episodio importante en la historia de la céntrica plaza malagueña, quizás desconocida para los malagueños y visitantes, y es por esta razón, que queremos dejar constancia de ella en el blog.
Nota: Plaquitas ubicadas en la Plaza de La Merced, y que actualmente son ilegibles por su deterioro.
Siempre hemos pensado
que la “Marca Málaga” no sólo es
Picasso sino que pertenece a todas aquellas personas, que ponen y han puesto su
granito de arena para engrandecer a través de las artes, las ciencias y las humanidades, el
nombre de nuestra bella ciudad.
Málaga siempre podrá
sentirse orgullosa del inmenso talento, que a través de la historia, han
desarrollado los numerosos artistas, que aquí han nacido o vivido, pero deben
de ser los gestores culturales los responsables de hacer llegar al pueblo su
propia historia.
En nuestro blog, será
como siempre nuestro querido catedrático de Literatura, D. Cristóbal Cuevas el encargado de relatarnos esta bonita historia…
“El 25 de mayo de este
mismo año un nuevo agravamiento de su enfermedad vuelve a postrarle en el
lecho; y precisamente ese día llega a Málaga Galdós, con la natural contrariedad por parte de Arturo, que
escribe a su maestro al hotel donde se hospeda una carta en la que le dice:
“Estoy en cama algo
echado a perder y esto me impide tener el gusto de ir a reiterarle la expresión
de mi admiración y cariño. Si, como me aseguran, es cierto que piensa V.
permanecer aquí dos o tres días, en ese caso tal vez pueda proporcionarme la
satisfacción que lamenta no poder proporcionarse su apenado admirador y
agradecido amigo que le saluda atentamente y cariñosamente.”
D. Benito, acompañado de Rodrigo
Soriano, acude inmediatamente a verlo a su casa, permaneciendo a su lado un
largo rato en amigable conversación con el poeta.
También en Madrid logró “Béticas” un éxito considerable de
crítica y lectores. En la prensa como en las tertulias literarias, se
formularon elogiosos comentarios a su respecto.
“Béticas” – pronosticaba D. Mariano Catalina en carta a Arturo Reyes de 11. II. 1911- es uno de
los pocos libros de poesías que quedarán en nuestra literatura.”
Y, pocos meses después,
el 21 de junio, remachaba: “Comencé a leer con gusto su libro de poesías titulado
“Béticas”, llegué a la mitad con admiración, y lo terminé con entusiasmo. Es V.
un verdadero poeta… No conozco hoy poeta más igual, más espontáneo y correcto
que V.” (ART).
Resultado de este
triunfo fue el nombramiento de Reyes como Correspondiente de la Academia de la Poesía Española de Madrid,
distinción que le fue conferida en sesión celebrada en el Ateneo de la capital en 12 de diciembre de 1910.
Continuará…
BIBLIOGRAFÍA:
- “Arturo Reyes. Su vida
y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García,
Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural.
C. S. I. C. 1974.
- Archivo familiar Reyes
(ART).
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