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Archivo Arturo y Adolfo Reyes Escritores de Málaga por Mª José Reyes Sánchez se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.

lunes, 14 de mayo de 2012

EL ESCRITOR MALAGUEÑO ARTURO REYES. LA LUCHA POR LA GLORIA (XII)


La vida de Arturo Reyes continúa, estamos en 1892 y el escritor en estos momentos de su vida no es capaz de compaginar bien todos sus quehaceres: su familia, su trabajo, sus amigos, sus aficiones, su vida social y amorosa. Sus escritos de esta época reflejan sus vivencias, sus amores, su espíritu apasionado y vehemente, sus contradicciones,… y de ello da buena cuenta el libro que D. Cristobal Cuevas escribió sobre Arturo:

“Entre tanto, la atención que dedica Arturo a la vida familiar se va entibiando con rapidez alarmante. Según los “Varios Apuntes”, en 1892 se vio alegrado su hogar con el nacimiento de otra niña, a la que puso el nombre de Rafaela, pero este hecho apenas encuentra ahora una débil repercusión en la vida afectiva de su padre.

Arturo ve cómo crece en su interior un anhelo irresistible de sensaciones fuertes y de nuevas experiencias. Necesita probarlo todo, demostrarse a sí mismo su valor, no ya sólo como escritor sino principalmente como hombre.



Nota: Postal perteneciente al coleccionista malagueño, Manuel Martínez Molina, asesor cultural y del patrimonio del Museo del Vino de Málaga así como colaborador de la revista on-line "El Avisador Malagueño". 


El ansia de placeres sensuales – sobre todo alcohol y mujeres- comienza a atenazarlo con vehemencia casi obsesiva. Camina a trompicones por los vericuetos del vino y de la carne en un intento desesperado de evadirse de la mezquina realidad cotidiana.

Algunos amigos, que conocen lo que sucede, manifiestan el temor de que este frenesí reciente influya desfavorablemente en su obra literaria. Tales temores, sin embargo, no llegarán a cumplirse, ya que Reyes, por un proceso de idealización sublimadora, convertía el cúmulo de sus sórdidas andanzas de este tiempo en deslumbrante materia poética.

Como muy bien ha señalado uno de sus nietos, “su vocación poética, negadora de toda supremacía material, no le dejaba jactarse de sus prendas personales, su brío y su garbo, su fuerza y atractivo. Sus fulgurantes, insistentes ojos negros, nada rehuían. Su sonrisa subyugaba. Tenía el amago violento de la ola, acabado en caricia… [Arturo, en esta época] va poniendo estrambotes románticos a sus escondidas aventuras, y acallándose con el bisbiseo de las rimas. No es un soñador, sino un sensual astuto que no idealiza la realidad hasta que la ha gozado. Su romanticismo es una manera de dignificación de lo vulgar.”

A este insaciable apetito de la hembra, concebida como fuente de goces sensoriales, punto de arranque para la satisfacción de su amor propio, y camino de escape hacia esferas de fascinante misterio, sacrificaba el joven poeta su dinero, su tranquilidad, la paz de su casa y su salud misma.

“El deseo de agradar a las mujeres lo desarmaba”, concluye, con frase singularmente reveladora, el prologuista antes citado.”

Continuará…

BIBLIOGRAFÍA:

- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.
- Archivo familiar Reyes.

2 comentarios:

  1. me gusta esa frase: " El deseo de agradar a las mujeres lo desarmaba"

    Beitosss ;)))

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  2. Estimada Sra: Le escribimos desde la Universidad. Deseamos contactar con usted, por motivo de una investigación en curso sobre la obra de su bisabuelo, D. Arturo Reyes. Puede escribirnos a la siguiente dirección: JUAN.BELLIDO@terra.es o galeote@uma.es
    Le agradecemos que nos indique si podríamos conocerla personalmente pronto. Eso nos animaría y nos serviría de estímulo. Ignorábamos todo sobre los descendientes del admirado escritor malagueño. Como usted puede imaginar su colaboración sería muy valiosa para nuestros proyectos. Cordialmente, Prof. Galeote y Juan Bellido Figueroa.

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