Es el verano de 1892, Arturo
deja Málaga, su familia y su trabajo durante una temporada para marchar junto a
su hermano a Tánger, trabajando como colaborador de una revista malagueña y realizando
crónicas en las que relataba sus impresiones sobre la ciudad marroquí.
Mi bisabuelo, como
tantos otros, también se sintió cautivado por la belleza incomparable de la
ciudad En sus escritos quiso explicar a sus paisanos malagueños toda la esencia
de la vida y costumbres de allí. Todo lo que sus sentidos captaban, era idealizado
por el escritor, utilizando en sus escritos un lenguaje colorista y a veces
recargado, lleno de palabras especializadas que quizás habría aprendido antes
de su viaje para así poder manejar con precisión el lenguaje.
D. Cristóbal Cuevas
sigue relatándonos la vida del poeta malagueño:
“El viaje a Tánger lo
realizó Arturo Reyes en compañía de su hermano Leopoldo, seguramente a
principios de septiembre de 1892, en calidad de reportero de la revista “El
Renacimiento”, la cual se comprometió a sufragar todos los gastos a cambio de
artículos que el viajero le había de enviar relatando sus impresiones:
“Ilustre marroquí – le escribe Gonzalo
de Castro en 23.IX.92-: Supongo que el África habrá sido un acicate… para su
imaginación meridional, y que, con tal motivo, saboreemos jarschales y kasidas
dignos de la pluma prodigiosa de Zirjab, el gran poeta de Damasco.”
En efecto, la fantasía
del joven periodista, en contacto con aquel mundo exótico y deslumbrante, no
sólo dará lugar a una veta de poesía colorista y abrasadora, sino que
chisporrotea en artículos periodísticos llenos de cromatismo y plasticidad,
preludiando ya la técnica que luego habrá de campear espléndida en los cuentos
y romances andaluces.
Fiestas , mercados,
bodas, entierros, monumentos y costumbres se pintan en páginas con fervor de
neófito, en un alarde de comprensión, al mismo tiempo intuitiva e idealizadora.
Así se describe, por
ejemplo, en el primero de estos artículos – “Un paseo por Tánger: en el
Minzah”- un cortejo nupcial:
“Detrás de los músicos
caminaba el séquito, lo más selecto de la sociedad marroquí de Tánger, todos
jinetes en magníficos corceles árabes enjaezados con monturas encarnadas,
bordados rendajes y relucientes pretales. Los jinetes vestidos con zaragüelles
de raso, chilabas finísimas, botas de tafilete amarillo llenas de rojos
bordados, airosos turbantes de blanquísimo tul, acerados acicates y nevados
alquiceles, luciendo al cinto doradas gumias y en la mano artísticas
espingardas llenas de ricas incrustaciones; hacían caracolear gallardamente los
briosos caballos de enarcado cuello y de rizadas crines sobre el movible suelo
de blanquísima arena.”
Aunque la expresión no
sea todavía todo lo ceñida y exacta que sería de desear- sobran epítetos y
sintagmas paralelísticos – la capacidad descriptiva del corresponsal de “El
Renacimiento” empieza ya a dar claras
muestras de sus posibilidades.
BIBLIOGRAFÍA:
- “Arturo Reyes. Su vida
y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García,
Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural.
C. S. I. C. 1974.
- Obras del pintor D. Mariano Bertuchi.
- Archivo familiar Reyes.
cada vez te es mas facil escribir todo lo que fue tu bisabuelo , buen trabajo antonio ruiz .
ResponderEliminarHola guapísima. Pásate por mi blog que te he otorgado un pequeño premio. Gracias por tu contribución a la cultura promoviendo a un gran poeta como tu bisabuelo, del yo no sabía nada hasta que encontré tu espacio. Muchos abrazos
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