Fue en una semana de enero,
hace ya dos años, cuando este blog comenzó su andadura. Su destino era servir
como vehículo transmisor de dos personajes malagueños de antaño, que la
historia y el tiempo habían relegado al olvido, y que yo, como familiar, iba a ser la encargada de devolverlos a la actualidad.
Los dos personajes en
cuestión, eran mi bisabuelo Arturo y mi abuelo Adolfo, padre e hijo, ambos unidos
no sólo por estrechos lazos familiares sino también por sus destinos.
Los dos tenían las
mismas inquietudes e intereses, quizás heredadas genéticamente o compartidas a
lo largo de sus vidas en común, siendo para ellos de máxima importancia, propagar
y rescatar la cultura andaluza allá donde estuviesen, con sus libros, sus
investigaciones, sus actividades desinteresadas y altruistas en pro de un mejor
conocimiento de nuestra historia, estudiando nuestras raíces arábigo andaluzas,
e intentando dar a conocer el pasado y el presente de Andalucía, cada uno con
su estilo, siempre bien diferentes pero con un objetivo común.
La figura de mi
bisabuelo fue la primera en ponerse en marcha en este blog, dejando relegado a
mi abuelo Adolfo a un segundo plano por el momento, y no es porque la vida de
mi abuelo no sea de interés para la historia de nuestra ciudad, sino porque necesito
establecer un orden cronológico.
Pues bien, tras comenzar
el blog en el 2011, llegaron nuevas reivindicaciones, la de intentar que en el año 2013 se celebrara el centenario
del fallecimiento de mi bisabuelo Arturo en su ciudad natal, Málaga.
Y tenía dos años para
ello…
Por ser actualmente un personaje
poco conocido por sus paisanos malagueños, me imaginaba que nadie se acordaría
de esta fecha tan señalada para la figura de Arturo Reyes.
Recordé que en el centenario
de su nacimiento (1963) su ciudad le ofreció un sentido homenaje, donde los máximos
dirigentes tanto en el ámbito político como en el cultural, contribuyeron no
sin grandes esfuerzos.
D. Francisco García Grana, alcalde de Málaga en esta época, apoyó el homenaje
institucional, gracias al cual Arturo Reyes es actualmente recordado en el
conjunto escultórico que hay en la entrada del Parque, frente al Hotel Málaga
Palacios, obra de uno de nuestros grandes escultores, Adrián Risueño, y con ésta referencia tan significativa: “Málaga a
su escritor Arturo Reyes. 1964”. Además su ciudad le dedicó una calle en la
barriada de Miraflores de los Ángeles.
Culturalmente también
fue todo un éxito porque Ayuntamiento,
Diputación y Caja de Ahorros Provincial de Málaga se esforzaron y
conjuntamente publicaron parte de la obra de Arturo, dispersa en periódicos y
revistas de la época. El problema es que la tirada fue en su mayor parte
regalada a personajes importantes de la época y el pueblo no pudo disfrutar de
ella.
Se publicaron colaboraciones
periodísticas de la mano de José Luis
Estrada Segalerva, José Lebrón, Alberto España, José Carlos Reyes Téllez, ...
También se realizo un acto-homenaje
el 30 de septiembre de 1963, en la Casa de la Cultura, en la que fueron
protagonistas además del autor malagueño, paisanos suyos de la talla de D. Francisco Báguena Novella, D. Angel
Caffarena Such, D. Rafael León, D. José
Mercado, y Dª Ángeles Rubio Argüelles con la compañía ARA.
Reseñas periodísticas de
la época publicaron referencias del acto. Y allí se encontraba su hijo Adolfo, ya mayor, con muchos
achaques pero con un deseo vital, que la figura de su padre fuera de nuevo
reconocida por su ciudad, y en ese gran esfuerzo de la que él formó parte
activa también contó con el apoyo de sus hijos, entre los que se encontraba mi
querido padre, al que dedico esta publicación, ya que sin él nada de lo que hoy
os cuento hubiera podido llevarse a cabo.
Pues bien, no pienso
tirar la toalla a pesar de la crisis, a pesar del pesimismo generalizado que
nos envuelve como sociedad, ya que quiero partir de la hipótesis de que la cultura no debe
tener precio, no debe estar presidida por el concepto económico y se debe
difundir unificando esfuerzos y ahorrando costes.
La cultura nos entretiene y además nos hace más felices y más libres...
Continuará…
BIBLIOGRAFÍA:
- Archivo familiar Reyes (ART).
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