EL ESCRITOR MALAGUEÑO ARTURO REYES. CONSAGRACIÓN LITERARIA (2)

Acabamos de comenzar el año 2013, y es tiempo de esperanza, esperanza en un mundo mejor para tod@s, donde nuestros deseos se cumplan, donde tengamos buenas noticias y podamos disfrutar de muchas alegrías.

Para Arturo Reyes también es tiempo de esperanza, esperanzas en la consecución de sus proyectos. Nos encontramos en la Málaga, de 1896 y su vocación literaria es inagotable, dedicando a la creación artística la mayor parte de las horas robadas al tiempo. Tiene que dar salida a sus composiciones a través de sus libros, de sus artículos periodísticos. Su nueva obra “Cartucherita” está madurando en la mente del autor, una novela plenamente andaluza, que algunos llegaron a definir como “una joyita de la literatura malagueña”.

Y es así cómo nos lo explica en su libro el catedrático de Literatura Española, D. Cristóbal Cuevas:

“Ya desde mucho antes, venía Reyes madurando la idea de escribir una novela de ambiente regional, en que el juego de las pasiones, la complicación argumental y la amplitud temporal de lo narrado le permitieran expresar su concepción de la vida, encarnándola en las costumbres y tipos de Andalucía.

Pero es a partir de 1896 cuando este proyecto va adquiriendo perfiles más concretos, primero en la mente del escritor, y luego en un boceto todavía informe, que va creciendo y estructurándose lentamente en sucesivos retoques.

Tal fue el proceso de gestación de “Cartucherita”, que un año antes de su publicación “era una realidad en el cerebro del escritor; en las cuartillas no destacaba aún la personalidad gitana del apasionado torero malagueño; era en ellas todavía, el zarrapastroso “chavea” perchelero; el libro era un embrión.”

Pacientemente, a lo largo de las interminables horas nocturnas pasadas en la redacción de “El Cronista”, iba el escritor puliendo, desarrollando y llevando a puerto su novela.

Con encantadora simplicidad nos lo cuenta Navas: 

“El deber nos imponía la obligación de pernoctar en las oficinas del periódico. Incansable trabajador en su novela “Cartucherita”, Arturo consumía las horas de la velada acoplando renglones y renglones de menuda letra arabesca. Se embriagaba en la tarea, plumeaba silenciosamente. Yo traducía los telegramas de última hora, y me aburría aguardando el aviso de un crimen o las campanas anunciadoras de un incendio…

Cuando Arturo hacía un alto en su tarea, tras de encender un cigarro, leía lo escrito, mejor dicho lo recitaba, porque el poeta era un admirable lector. Después, sin pizca de ironía, sin reservas mentales, sinceramente, como consultando a una autoridad literaria, me interrogaba:

- ¿Qué le parece, Callenjocito? ¿Está bien interpretado el pensamiento?

- ¡Como los Ángeles, D. Arturo!.

Y D. Arturo, complacido, celebraba mi comentario.”

Esta anécdota refleja perfectamente el método de trabajo de Reyes, nada improvisador ni atropellado cuando se trataba de su obra literaria.

Como testimonió Antonio de Nicolás, “leía y releía las cuartillas; limaba tenazmente el estilo; algunas veces telegrafió a Madrid para evitar insignificante errata o cambiar una palabra por otra más propia, que recordó después de devolver las galeradas.”

Todavía en 1911, estando ya muy enfermo, mantenía esta costumbre, conservándose una carta de Emilio Carrere, director por entonces de “El Cuento semanal”, en que éste le comunica: “Mi querido amigo: Siento que no se puedan hacer las correcciones que Vd. desea. Al recibir su carta, la edición de su cuento está ya en provincias. No hay tiempo pues.” (Madrid, 8.XI.1911; A R T).

Esto explica su sorprendente fidelidad al dialecto andaluz, pese a la insuficiencia de los medios de observación y transcripción de que disponía, así como el carácter de perfecta y acabada belleza de muchas de sus páginas.”

Continuará…

BIBLIOGRAFÍA:

- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.

- Archivo familiar Reyes (ART).