Seguimos con el escritor
malagueño en Madrid, en esa ciudad que él imaginaba llena de oportunidades,
donde Arturo quería probar suerte,
como los grandes toreros cuando intentan con su esfuerzo, salir a hombros por
la puerta grande de una plaza importante.
No quería perderse por nada del mundo la ocasión de darse a
conocer, y el encuentro casual entre él y el periodista y escritor baezano, Jurado de la Parra, podía ser la
oportunidad que Reyes iba buscando. Estos momentos iban a
ser cruciales en la vida del poeta malagueño ya que le abrirían nuevas
sendas y horizontes dentro de la literatura española de su época…
D. Cristóbal Cuevas sigue relatándonos con
gran fidelidad estos interesantes momentos en la vida del escritor malacitano:
“Al otro día, a la una
de la tarde, Jurado acompañaba a Reyes en su visita al poeta
vallisoletano Núñez de Arce.
Desdichadamente, en el
manuscrito que poseemos, falta la entrevista con el autor de “El idilio”, por
lo que ignoramos los términos exactos en que transcurriera. No obstante, es
evidente que la conversación satisfizo plenamente al consagrado vate, que
volvió a dar palabra a su joven discípulo de escribirle el prólogo prometido,
al tiempo que le trataba con toda consideración y delicadeza.
Terminada esta visita, y
ante el indescriptible entusiasmo de Reyes, Jurado se ofreció también a
conseguirle una entrevista con Campoamor,
cosa que logró sin dificultad alguna aquella misma tarde.
Nota: Cartel publicitario. Personaje: Ramón de
Campoamor y Campoosorio (1897, Navia, Asturias – 1901, Madrid). Representante
del realismo literario español y uno de los poetas más populares de la segunda
mitad del siglo XIX.
“Minutos después –
recuerda Arturo –me encontraba delante del ilustre anciano, en cuyo rostro un
alma infantil ponía dulzuras extrañas; en el fondo luminoso de sus ojos llenos
de bondad parecía cabrillear con cabrilleo de luz de luna la ironía, pero una
ironía sin dobleces y enemistades, una ironía sin puntas que hirieran, sin
filos que hicieran sangrar; su voz tenía paternales inflexiones.”
Don Ramón departió con sus visitantes durante media
hora con una amabilidad y una sencillez que fascinaron a Reyes. “Parecía hablar – escribe éste – empeñado en despojarse de
toda túnica regia .” La charla versó sobre poesías y poetas, y el maestro pidió
a su joven admirador le recitara algún poema suyo. Éste le leyó emocionado el
soneto “Celos”, luego incluido en “Desde el surco”.
Al terminar, Campoamor lo miró sonriente, y, como
recuerdo de la entrevista, le regaló una fotografía suya “de gran tamaño”, en
cuyo dorso escribió unas palabras de dedicatoria. Ya en la calle, el joven
destinatario las leyó ávidamente. “Me estremecí de orgullo – diría años más
tarde-. Al pie del retrato se lee: A mi
compañero Arturo Reyes”.”
Continuará…
BIBLIOGRAFÍA:
- “Arturo Reyes. Su vida
y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García,
Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural.
C. S. I. C. 1974.
- Archivo familiar Reyes
(ART).
ENLACE:
* Enlace biografía de D. Ramón de Campoamor:
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