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Archivo Arturo y Adolfo Reyes Escritores de Málaga por Mª José Reyes Sánchez se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.

sábado, 23 de julio de 2016

LOS "ROMANCES ANDALUCES" DE ARTURO REYES (1912).

Entre las obras que escribió mi bisabuelo, siempre me ha me sorprendido su último libro de poemas Romances andaluces, sobre todo porque cuando lo lees, reconoces que no pudo ser escrito por un artista novel sino por alguien que amaba profundamente la poesía y que ya tenía una dilatada trayectoria profesional. En ella, Arturo consiguió transformar sus cuentos cortos en atractivos poemas largos; tragicomedias muy malagueñas, aderezadas con humor y picaresca.


En mi modesta opinión Romances andaluces debería ser considerado como una “joyita dentro la literatura malagueña”, por su gran originalidad y calidad. Por si os interesa y quereis echarle una ojeada al libro, os dejaré el enlace en internet. ¡Creo que merece la pena!.

En el día de hoy vemos a Arturo, con sus altibajos emocionales. Sus problemas de salud lo mantienen debilitado, pero sus esfuerzos como escritor se ven recompensados con el reconocimiento público que él tanto anhela. Su trabajo incansable como literato, le está abriendo nuevas puertas, y el se siente muy feliz por ello.

Es como siempre nuestro querido catedrático D. Cristóbal Cuevas, quien nos informa sobre estos acontecimientos.

“En la primera decena de marzo debió de aparecer en las librerías Romances andaluces, colección de poemas en que el gran cuentista hace la radiografía del alma de su tierra, esta vez sirviéndose del verso, a través de su paisaje, su código de vida y sus costumbres.

Tan sugestivo librito , que supone una auténtica cumbre en su producción literaria, obtuvo enseguida un resonante triunfo, cosechando su autor innumerables parabienes de parte de la crítica, que en este caso se manifestaba ya unánime en la alabanza.

“En este libro último – afirmaba José Francés-, escrito en romances rotundos, clásicamente españoles, hay la gracia pícara del sainete, la amargura del drama, y esos otros esbozos que no se sabe si son las observaciones certeras de la pluma o las destrezas del pincel.”

El mes de abril habría de traerle una nueva satisfacción. La Societé pour la propagation des langues etrangeres de París organiza, dentro del curso 1911-1912, una serie de conferencias sobre Lengua y Literatura Españolas, que en esta ocasión versarán específicamente acerca de los “Aspectos de la novela española en el siglo XIX”.

El programador del curso es el conocido hispanista M. de Battle, el cual fija como tema de la décima de estas conferencias el de las "Novelas andaluzas (Arturo Reyes)”, escribiendo una atenta carta al malagueño en demanda de datos y orientaciones para documentarse. La alegría de Arturo fue muy grande al verse alternando nada menos que en un curso de Literatura Española organizado en París, con figuras de la categoría de Larra, Estébanez, Fernán Caballero, Valera, Alarcón, Galdós, Palacio Valdés, Pereda, la Condesa de Pardo Bazán, Blasco Ibáñez y otros semejante, respondiendo complacido al director de la organización y enviándole cuantos datos se le habían pedido.

Continuará…

BIBLIOGRAFÍA:

- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.
- "Romances andaluces". Reyes, Arturo. Zambrana Hermanos Impresores. Málaga, 1912.
- Archivo familiar Reyes (ART).

ENLACE INTERNET: LIBRO ROMANCES ANDALUCES:

domingo, 3 de julio de 2016

RELACIÓN DEL ESCRITOR ARTURO REYES CON EL ESCRITOR Y DRAMATURGO JOAQUÍN DICENTA.

En estos momentos de la vida, mi bisabuelo Arturo se sentía debilitado y falto de fuerzas, lo que le impedía salir a la calle a pasear, a asistir a las tertulias literarias en las que pasaba tan buenos ratos con sus colegas y amigos, a saborear una copa de buen vino en una tasca llena de personajes populares... 

Pero sus amistades no lo abandonaron en los momentos difíciles, sino que acudieron a animarlo, a entretenerlo, a compartir momentos únicos con largas conversaciones donde la literatura estaba casi siempre presente. En esta ocasión fue el famoso dramaturgo Joaquín Dicenta, quién visitó a Arturo en su casa de la Plaza de Riego, hoy de la Merced.

Nota: Caricatura de Joaquín Dicenta. 1902. (Wikipedia).

Y como siempre queremos compartir con vosotr@s, estos momentos tan interesantes de la historia de la Málaga decimonónica de la mano de nuestro catedrático de referencia, Cristóbal Cuevas

“1912 es uno de los años más llenos y contrastados de la vida de Arturo. Luces y sombras, penas y alegrías, se suceden sin interrupción en un vértigo febril de acontecimientos y emociones. Todo ello es presidido por la angustia de su enfermedad, cada vez más avasalladora y omnipresente, que sume al poeta por momentos en desoladoras angustias, sólo mitigadas por fugaces momentos de triunfo humano o de satisfacciones familiares.

“Desmayaba su espíritu – escribe su hijo Adolfo- y alguna satisfacción moral lo levantaba por algún tiempo…; sostúvole Málaga con su homenaje; sosteníase con el pan bendecido de su triunfo…; [y así paseaba por las calles de su ciudad natal], todo su cuerpo estremecido por la debilidad, todo su espíritu yerto por la derrota de su vida, en el apogeo de su fama.”

El año se abre para él con malas perspectivas: la enfermedad se ha agravado nuevamente, obligándole a guardar cama durante un larga temporada. En este tiempo – estamos a principios de febrero- visita Málaga Joaquín Dicenta, el famoso dramaturgo, a quien debió de conocer en una de sus primeras estancias en Madrid. Enterado de la enfermedad de Reyes, el apasionado escritor bilbilitano se apresura a visitar a su amigo, en cuya casa permanece largas horas, leyéndole su drama romántico Raimundo Lulio y parte de su novela Los bárbaros, mientras aquél corresponde con la lectura de su comedia El lagar de los Rosales y de la de su hijo Peranzul.

La velada debió de resultar en extremo agradable al malagueño, que se referirá a ella en diversas ocasiones. En cuanto al autor de Juan José, las impresiones que sacó de esta visita en lo referente al estado de salud de su amigo  no pudieron ser más pesimistas.

“Ayer – escribía en El Tiempo de Montevideo - pasé el día y la noche, hasta madrugada, en casa de Arturo Reyes, el compañero alegre de antaño, el glorioso novelador que todavía conserva bríos y alientos moceriles dentro de su cabeza mora endoselada por un matorral de cabellos blancos. Primero me presentó a la obra de su carne, a su hijo Adolfo, un mozo de veinte años que es todo un escritor de enjundia, de recia personalidad. ¡Qué grato es verse remozado espiritual e intelectualmente en las criaturas que uno engendró! Oyéndome ensalzar a su hijo, lloraba y reía Arturo Reyes con risa y con llantos infantiles.”

Continuará…

BIBLIOGRAFÍA:

- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.  

- Enlaces sobre Joaquín Dicenta: