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Archivo Arturo y Adolfo Reyes Escritores de Málaga por Mª José Reyes Sánchez se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.

martes, 29 de mayo de 2012

EL ESCRITOR MALAGUEÑO ARTURO REYES. LA LUCHA POR LA GLORIA (XIV)


Es el verano de 1892, Arturo deja Málaga, su familia y su trabajo durante una temporada para marchar junto a su hermano a Tánger, trabajando como colaborador de una revista malagueña y realizando crónicas en las que relataba sus impresiones sobre la ciudad marroquí.

Mi bisabuelo, como tantos otros, también se sintió cautivado por la belleza incomparable de la ciudad En sus escritos quiso explicar a sus paisanos malagueños toda la esencia de la vida y costumbres de allí. Todo lo que sus sentidos captaban, era idealizado por el escritor, utilizando en sus escritos un lenguaje colorista y a veces recargado, lleno de palabras especializadas que quizás habría aprendido antes de su viaje para así poder manejar con precisión el lenguaje.


 Nota: "Fiesta en Tánger", obra del pintor granadino Mariano Bertuchi.

D. Cristóbal Cuevas sigue relatándonos la vida del poeta malagueño:

“El viaje a Tánger lo realizó Arturo Reyes en compañía de su hermano Leopoldo, seguramente a principios de septiembre de 1892, en calidad de reportero de la revista “El Renacimiento”, la cual se comprometió a sufragar todos los gastos a cambio de artículos que el viajero le había de enviar relatando sus impresiones:

 “Ilustre marroquí – le escribe Gonzalo de Castro en 23.IX.92-: Supongo que el África habrá sido un acicate… para su imaginación meridional, y que, con tal motivo, saboreemos jarschales y kasidas dignos de la pluma prodigiosa de Zirjab, el gran poeta de Damasco.”

En efecto, la fantasía del joven periodista, en contacto con aquel mundo exótico y deslumbrante, no sólo dará lugar a una veta de poesía colorista y abrasadora, sino que chisporrotea en artículos periodísticos llenos de cromatismo y plasticidad, preludiando ya la técnica que luego habrá de campear espléndida en los cuentos y romances andaluces.

Fiestas , mercados, bodas, entierros, monumentos y costumbres se pintan en páginas con fervor de neófito, en un alarde de comprensión, al mismo tiempo intuitiva e idealizadora.

Así se describe, por ejemplo, en el primero de estos artículos – “Un paseo por Tánger: en el Minzah”- un cortejo nupcial:

“Detrás de los músicos caminaba el séquito, lo más selecto de la sociedad marroquí de Tánger, todos jinetes en magníficos corceles árabes enjaezados con monturas encarnadas, bordados rendajes y relucientes pretales. Los jinetes vestidos con zaragüelles de raso, chilabas finísimas, botas de tafilete amarillo llenas de rojos bordados, airosos turbantes de blanquísimo tul, acerados acicates y nevados alquiceles, luciendo al cinto doradas gumias y en la mano artísticas espingardas llenas de ricas incrustaciones; hacían caracolear gallardamente los briosos caballos de enarcado cuello y de rizadas crines sobre el movible suelo de blanquísima arena.”

Aunque la expresión no sea todavía todo lo ceñida y exacta que sería de desear- sobran epítetos y sintagmas paralelísticos – la capacidad descriptiva del corresponsal de “El Renacimiento” empieza ya a dar claras  muestras de sus posibilidades.


BIBLIOGRAFÍA:

- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.
- Obras del pintor D. Mariano Bertuchi.
- Archivo familiar Reyes. 

domingo, 20 de mayo de 2012

EL ESCRITOR MALAGUEÑO ARTURO REYES. LA LUCHA POR LA GLORIA (XIII)


Hoy el blog viaja con el escritor malagueño Arturo Reyes a la ciudad de Tánger, conocida como “la puerta de entrada a África”, una importantísima ciudad cargada de historia, que fue durante muchos siglos un modelo de convivencia, un ejemplo de interculturalidad donde las distintas religiones (musulmana, judía y cristiana) pudieron fraternizar. 

Una ciudad cargada de recuerdos del pasado, de aventuras insólitas, de personajes famosos. Son muchos los libros escritos sobre ella, son muchos los que se quedaron prendados de su hermosura y mi bisabuelo fue uno de esos escritores que quisieron viajar allí para dejar constancia a través de sus crónicas de la vida tangerina. 

Para ello como siempre el catedrático D. Cristóbal Cuevas nos informa sobre el paso de Arturo Reyes por Tánger:



Nota: Cartel dedicado a Tánger realizado por el pintor granadino Mariano Bertuchi (1885 - 1955). 

“En septiembre de 1892 emprende Arturo un viaje a  Tánger, en donde esperaba encontrar en toda su pureza la vida y cultura islámicas, tan queridas por él, dadas sus lecturas románticas de juventud y su propias afinidades temperamentales.

Su entusiasmo por el mundo musulmán le venía, sin embargo, de mucho antes, quizá desde que, en su adolescencia, los amigos le habían hecho notar el carácter árabe de sus rasgos fisonómicos y de su tensa amorosidad, apasionada y celosa.

Al constatar más tarde las raíces musulmanas de la cultura española, y sobre todo el abolengo islámico de muchos de los monumentos y restos arqueológicos de la Málaga de sus amores, su maurofilia se convirtió definitivamente en entusiasmo indescriptible.


 Nota: La Alcazaba de Málaga

González Anaya nos ha dejado curiosas noticias a este respecto: “Algunos camaradas – escribe- le embromábamos con frecuencia a propósito de su estampa de árabe, y él aceptaba  nuestras bromas sinceramente complacido. Gustábale vestirse con atavíos de musulmán, y cierta vez se retrató metido en una chilaba de listas y parecía un moro auténtico. Durante mucho tiempo tuve yo un retratillo de Arturo vestido de “infiel marroquí”, curiosamente dedicado con garrapatos cúficos que no sé quién le escribiría.”

Como atestigua Antonio de Nicolás, Arturo amaba profundamente al pueblo árabe, “a su arte, a su bellísima cerámica. Conocía la historia de la Málaga musulmana. Fue varias veces a Granada. Improvisó versos en la Alhambra.” Todo esto explica suficientemente su interés por conocer “in situ” el ambiente que tantas veces había creado en sus sueños."

Continuará…

BIBLIOGRAFÍA:

- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.
- Archivo familiar Reyes.
- Cartel del pintor D. Mariano Bertuchi.

lunes, 14 de mayo de 2012

EL ESCRITOR MALAGUEÑO ARTURO REYES. LA LUCHA POR LA GLORIA (XII)


La vida de Arturo Reyes continúa, estamos en 1892 y el escritor en estos momentos de su vida no es capaz de compaginar bien todos sus quehaceres: su familia, su trabajo, sus amigos, sus aficiones, su vida social y amorosa. Sus escritos de esta época reflejan sus vivencias, sus amores, su espíritu apasionado y vehemente, sus contradicciones,… y de ello da buena cuenta el libro que D. Cristobal Cuevas escribió sobre Arturo:

“Entre tanto, la atención que dedica Arturo a la vida familiar se va entibiando con rapidez alarmante. Según los “Varios Apuntes”, en 1892 se vio alegrado su hogar con el nacimiento de otra niña, a la que puso el nombre de Rafaela, pero este hecho apenas encuentra ahora una débil repercusión en la vida afectiva de su padre.

Arturo ve cómo crece en su interior un anhelo irresistible de sensaciones fuertes y de nuevas experiencias. Necesita probarlo todo, demostrarse a sí mismo su valor, no ya sólo como escritor sino principalmente como hombre.



Nota: Postal perteneciente al coleccionista malagueño, Manuel Martínez Molina, asesor cultural y del patrimonio del Museo del Vino de Málaga así como colaborador de la revista on-line "El Avisador Malagueño". 


El ansia de placeres sensuales – sobre todo alcohol y mujeres- comienza a atenazarlo con vehemencia casi obsesiva. Camina a trompicones por los vericuetos del vino y de la carne en un intento desesperado de evadirse de la mezquina realidad cotidiana.

Algunos amigos, que conocen lo que sucede, manifiestan el temor de que este frenesí reciente influya desfavorablemente en su obra literaria. Tales temores, sin embargo, no llegarán a cumplirse, ya que Reyes, por un proceso de idealización sublimadora, convertía el cúmulo de sus sórdidas andanzas de este tiempo en deslumbrante materia poética.

Como muy bien ha señalado uno de sus nietos, “su vocación poética, negadora de toda supremacía material, no le dejaba jactarse de sus prendas personales, su brío y su garbo, su fuerza y atractivo. Sus fulgurantes, insistentes ojos negros, nada rehuían. Su sonrisa subyugaba. Tenía el amago violento de la ola, acabado en caricia… [Arturo, en esta época] va poniendo estrambotes románticos a sus escondidas aventuras, y acallándose con el bisbiseo de las rimas. No es un soñador, sino un sensual astuto que no idealiza la realidad hasta que la ha gozado. Su romanticismo es una manera de dignificación de lo vulgar.”

A este insaciable apetito de la hembra, concebida como fuente de goces sensoriales, punto de arranque para la satisfacción de su amor propio, y camino de escape hacia esferas de fascinante misterio, sacrificaba el joven poeta su dinero, su tranquilidad, la paz de su casa y su salud misma.

“El deseo de agradar a las mujeres lo desarmaba”, concluye, con frase singularmente reveladora, el prologuista antes citado.”

Continuará…

BIBLIOGRAFÍA:

- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.
- Archivo familiar Reyes.

sábado, 5 de mayo de 2012

EL ESCRITOR MALAGUEÑO ARTURO REYES. LA LUCHA POR LA GLORIA (XI)


Hoy el blog sigue narrando la vida del escritor costumbrista malagueño Arturo Reyes a través de la pluma de D. Cristóbal Cuevas y nos encontramos en la Málaga de finales del siglo XIX…

“En marzo de 1892, Arturo Reyes, constreñido por necesidades económicas, presenta al público un nuevo libro, integrado por veinte narraciones y un ensayo sobre la poesía popular, bajo el título común de “Mosaico”.

Casi todos los relatos habían visto ya la luz pública en revistas y libros anteriores, por lo que la colección apenas si logra algún eco en la prensa local. Sin embargo, el artículo sobre “la poesía popular”, que aparece en forma de carta abierta a su amigo D. Narciso Díaz de Escovar, reviste para nosotros un profundo interés, ya que contiene en síntesis el pensamiento de Reyes sobre la materia explicando también en parte las causas de su entusiasmo por el cante flamenco.



A partir de mayo de ese mismo año, sus actividades periodísticas experimentan una notable incremento, al suceder a Ramón A. Urbano en la dirección de la revista “El Renacimiento”, de la que ya era colaborador. Se mantuvo en el cargo desde el número 37 hasta el 54 de dicha publicación, es decir, por un espacio aproximado de seis meses, dejando el puesto el 18 de octubre de ese mismo año.

Con candorosa astucia el inexperto director aprovechó su puesto, para dar salida a algunos de los muchos originales que tenía acumulados, recurriendo al truco de los seudónimos, o incluso al del más impenetrable anonimato, para disimular la inclusión de dos o más trabajos suyos en un mismo número de la revista.

Así, artículos como “A ella” y “¡Uf, qué calor!” aparecen firmados por un inexistente Enrique Britano, “A…” y “En la pedrea” por un fantasmal Alberto Manrique, mientras que “A ti sola” carece por completo de toda referencia de autor.

Estas irregularidades y la evidente falta de dotes organizadoras y administrativas de que dio muestras el impulsivo periodista, además del carácter polémico que en aquellas fechas le rodeaba, debieron ser los motivos que decidieron al bueno de D. Manuel Cerbán, editor copropietario de la revista, a insinuarle la conveniencia de reintegrarse a su puesto de simple redactor, cosa que Arturo aceptó inmediatamente, dando en este caso pruebas evidentes de disciplina y buen sentido.”

Continuará…

BIBLIOGRAFÍA:

- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.
- Archivo familiar Reyes.