Siguiendo con la biografía de Arturo Reyes, el investigador Cristóbal Cuevas García nos introduce hoy a la que fue esposa de Arturo, Carmen Conejo Guillot, mi bisabuela:
“No sabemos con certeza cuando conoce Arturo a la mujer que había de ser su esposa, Dª Carmen Conejo Guillot, pero es lo cierto que a fines de 1883, cuando aún no había cumplido los veinte años, decide conquistar su cariño y casarse con ella.
Era Carmen por aquel entonces una chica muy joven – contaba apenas diecisiete primaveras-, más bien baja y un poco metidita en carnes, de temperamento apacible, trabajadora y hogareña, poseedora de una cultura superficial – las primeras letras como casi todas las chicas de clase media de su tiempo-.
Trabajaba como ayudante de sus padres en una tienda de gorras y sombreros que éstos poseían en el nº 1 de la calle de Andrés Pérez. Quizá lo que impresionó a Arturo al conocerla fue precisamente su serenidad, lo agraciado de su rostro de belleza nada escandalosa ni llamativa, todo lo que hacía contraste con las mujeres que hasta entonces había conocido. Por otra parte, de la serenidad y dulzura de Carmen debió esperar su pretendiente una garantía de paz para su ardiente temperamento.
Seguramente prevenida por la fama de que venía precedido su joven cortejante, Carmen se mostró en un principio poco propicia a aceptar sus fervorosas declaraciones de amor. Esto no desanimó al experimentado pretendiente, que nos cuenta así el asedio y la conquista de aquella fortaleza:
“Tantas veces la hube de llamar pérfida como la onda, corazón de sílice, peñascal cubierto de flores, que por librarse, sin duda, de aquella poco elegante acometividad, se decidió a apechugar conmigo; sobre todo, después de una noche en que, entre las páginas de uno de los tomos de “María o la hija de un jornalero” (la conocida novela de W. Ayguals de Izco), le envié unos cantares, capaz, el que menos de conmover el corazón de un tigre de Bengala, el primero de los cuales decía:
“Carmen, ¿por qué con desvíos
gozas en darme tormento?
¿Soy yo culpable si siento
tan ardientes desvaríos?”.
Este fue el que hizo desvariar, sin duda, a mi compañera, que desde aquel momento, de arisca que era, tornose dulce como un panal de miel hiblea”.
BIBLIOGRAFÍA:
- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.
- Archivo familiar Reyes.