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Archivo Arturo y Adolfo Reyes Escritores de Málaga por Mª José Reyes Sánchez se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.

domingo, 22 de octubre de 2017

EL ESCRITOR COSTUMBRISTA MALAGUEÑO ARTURO REYES: 1913. "NECESITO ESCRIBIR".

Hoy el catedrático de Literatura D. Cristóbal Cuevas nos avanza como será el fin de la existencia de mi bisabuelo. Corre el año 1913 y solo quedan seis meses para que el artista nos dé su último adiós. Estos momentos fueron muy tristes y difíciles para él y también para nosotros que también nos rebelamos ante la injusticia de una muerte temprana - 49 años-, en la plenitud de su vida y de su obra. Son circunstancias tristes que no podemos obviar a pesar de que nos cueste la propia vida publicarlas…

“El año 1913 se presenta desde el principio para Reyes con todos los síntomas de una inminente y definitiva consumación. La enfermedad lo acosa sin piedad, acorralándolo en su casa, de la que sale cada vez menos.

Horas y horas permanece en su angosto despacho, al que él llama pomposamente “gabinete de estudio”, y que presiden dos retratos suyos, uno con atuendo del siglo XVI y otro a la moda actual, mientras toda clase de antiguallas, esparcidas en pintoresco desorden, ponen una nota exótica en el ambiente. Allí, o en su alcoba, sentado en la cama, el poeta hace desesperados esfuerzos por resistir, trabajando agónicamente en su obra literaria.



Nota: Es en este edificio de la Plaza de la Merced dónde Arturo vivió los últimos años de su vida. Ninguna placa conmemora el lugar donde falleció a pesar de que se pidió al Ayuntamiento de Málaga que cumpliera la promesa que habían hecho los alcaldes de la época. 

Antonio de Nicolás lo evoca en este  escenario, “entre el humo producido por el constante cigarro y el casi continuo canto de un canario predilecto, tan alegre a la luz de la lámpara eléctrica como a la del mismísimo sol; tomando sorbos de café con leche, único líquido que no  repugnaba a su estómago, y sufriendo vómitos que seguían a cualquier comida por sobria que fuera.”

En estas circunstancias, Arturo escribe sin descanso, sobreponiéndose con titánico esfuerzo a la ruina de su cuerpo. “Su visión clara del mundo – observa su hijo Adolfo – fue más fuerte que la enfermedad. Así, el trastorno, la depresión de sus nervios, le empeoró el estómago, le atacó el corazón; pero fue impotente contra su imaginación sublimada, y mientras su estado no le permitía muchas veces salir de su cuarto de trabajo, levantarse del lecho aún, hacía novelas, cuentos, poesías; toda esa producción última, que la crítica llamaba de apogeo, en sazón, cuando de su mano desmayada se escapaba la pluma.”

Produce así el poeta lo que su hijo llamó con singular acierto “una labor sobreexcitada, hecha en un gradual agotamiento de salud, siempre creyendo que el último libro lo sería para siempre.” Como Cristóbal, el protagonista de su novela Cielo Azul, “cuando la fiebre amortiguaba su violencia, érale grato dejarse arrastrar por su pensamiento, que a medida que el cuerpo perdía sus vigores, parecía adquirir vuelo más potente.”

En su modestia, el escritor malagueño pretendía atribuir esta fiebre creadora a la necesidad de atender sus obligaciones materiales. Así lo dice a su amigo D. Francisco Such, en carta ya citada: “Mi producción como es natural, y como consecuencia de esto [sus enfermedades] debía ser más limitada, pero como son muchas mis obligaciones, y para atenderlas no me es posible abrir un paréntesis de reposo en mi constante laborar, he venido sacando fuerzas de flaqueza, gastando mis limitados repuestos de energía para hacer frente a un trabajo excesivo del cual necesito para vivir.” Sin embargo, no era ésta la causa única, ni siquiera principal, de su trabajo. Por encima de todo estaba su inquietud de artista, esa necesidad de expresión que se sobrepone a todo, y contra la que es inútil luchar.

Él mismo lo dirá en el poema que cierra sus obras, “Indocil”, último canto de Del crepúsculo:

“¡Necesito escribir!, empeño es vano
que a mis antojos escribir intente;
cuando no quiere despertar la mente
inútilmente en escribir me afano.

Su fiera libertad es mi tirano
que mis ruegos escucha indiferente,
y ora, llena de amor, besa mi frente,
ora enmudece cual glacial arcano.

Tan sólo su capricho es mi bandera;
indómito corcel, en su carrera
nunca fue esclavo del capricho ajeno.

Su altiva independencia nunca abate,
y lo mismo desdeña el acicate,
que siempre supo desdeñar el freno.”

Continuará…

BIBLIOGRAFÍA:

- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.
- “Cielo Azul. Novela andaluza”. Reyes, Arturo. Málaga. Tip. Zambrana Hnos., 1910.
- “Del Crepúsculo”. Poesías póstumas. Reyes, Arturo. Málaga, Zambrana Hermanos. Impresores. 1914. 

domingo, 8 de octubre de 2017

LA ÚLTIMA CRISIS EXISTENCIAL DEL ESCRITOR COSTUMBRISTA MALAGUEÑO ARTURO REYES. 1912.

Ya en la última etapa de la vida, mi bisabuelo sufrió su mayor crisis existencial. Se encontraba muy enfermo, con una posición económica poco desahogada, y seguramente con el ánimo por los suelos. Él que siempre había luchado por cumplir sus ideales se sentía desmoralizado, y este capítulo en su biografía que tanto nos entristece, es la que hoy nos relata el catedrático D. Cristóbal Cuevas en su libro sobre el autor malagueño…

“Si hacemos un balance del año 1912, podríamos decir que sólo aparentemente supone una apoteosis para el poeta; en realidad asistimos a su más dolorosa derrota. Un hombre tan entusiasta y vital como él no podía dejarse proteger de la manera que hemos visto si no se hubiera sentido ya mortalmente herido.

Arturo, a medida que pasan los días, va renunciando, uno a uno, a sus más constantes ideales – fama, arrogancia vital, mujeres…-, mientras acepta como un enfermo, sin resistencia, el calor ajeno.


 Nota: Poesía "Polvo". Libro: Del crepúsculo. 1914. Autor: Arturo Reyes.

Como con perfecta clarividencia señalo un periodista amigo, el sempiterno luchador “estaba cansado; se iba apagando lentamente su vida; cuando cruzaba las calles con los hombros subidos, el andar menudo y pinturero y el cordobés hacia la cara, en estos tiempos últimos, no miraba con la firme curiosidad, con el simpático desdén de otros días más lejanos; se dejaba alcanzar por la vida y se dejaba proteger por los hombres.

El síntoma más peligroso de su estado de salud fue la aceptación de aquella generosa iniciativa de Paco Verdugo pidiendo a las gentes y al Gobierno algún remedio para las necesidades de Reyes. Quien le conociera y supiese tal noticia, lo dio desde luego por achacoso, por vencido, por muerto.”

Por eso es tan triste la renuncia final de este gran enamorado de la vida. Su abandono de ideales no fue el erguirse gallardo de quien todo lo deja por convicciones nuevas, sino el forzoso abrir la mano, dejando escapar el pájaro cautivo, de quien ya se siente sin fuerzas para mantenerlo aprisionado.

Estamos plenamente convencidos de que a nuestro poeta, más que las ideas, lo hundió la pesadumbre de su existencia. ¡Qué claramente lo confiesa él mismo, al encararse con la ardiente mujer de sus sueños, a la que renuncia con melancólico estoicismo!:

“El tiempo que he vivido,
con sus duras lecciones me ha enseñado
que en amor el que vence es un vencido;
que en campos sin verdores, su bandera
el amor no tremola;
que el amor es amor entre verdores
que sólo vive entre fragantes flores,
y no puede vivir cual la palmera;
y cuando silenciosos,
huyen la primavera y el estío,
que aún perdure el amor intenso es vano,
que apenas llega del invierno cano
el hálito glacial, muere de frío.
Así, al verte pasar, sólo un momento
hirió la tentación mi pensamiento;
y luego, con tristeza abrumadora,
pensé en mis canas y cobré energía,
y no quise acudir cuando, traidora,
- Ven a mí-, tu mirada me decía.”

BIBLIOGRAFÍA:

- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.
- Poesía: "Polvo". “Del Crepúsculo”. Poesías póstumas. Reyes, Arturo. Pags 169-171. Málaga, Zambrana Hermanos. Impresores. 1914. 

domingo, 1 de octubre de 2017

LAS ESTRECHECES ECONÓMICAS DEL ESCRITOR COSTUMBRISTA MALAGUEÑO ARTURO REYES (1912).

En el día de hoy el catedrático D. Cristóbal Cuevas sigue informándonos en su libro, sobre la desesperante situación económica y personal en la que se encontraba mi bisabuelo en 1912, un año antes de su fallecimiento. Necesitó pedir ayuda al Ministro de Instrucción Pública, para que le compraran todos sus libros y así poder pagar todas sus facturas a fin de mes.


 Nota: Libro "La Goletera". Autor: Arturo Reyes. 1901.

Probablemente a Arturo le costó mucho tener que llegar a pedir ayuda al Estado pero no tuvo más remedio, y dicho y hecho se puso en acción…

“Acuciado por sus siempre crecientes necesidades económicas, y siguiendo el consejo de sus amigos, el poeta decidió solicitar del Estado la compra de ejemplares de sus obras, con destino a las bibliotecas públicas.

A tal efecto redactó un conmovedor Oficio, cuyo borrador se conserva en el ART (Archivo Reyes Téllez) en el que decía:

“Excmo Sr. Ministro de Instrucción Pública.
Arturo Reyes Aguilar, natural de Málaga, a V. E. respetuosamente expone: Que obligado por circunstancias anormales y penosas (estas palabras aparecen tachadas en el borrador) Suplica se sirva adquirir el número de ejemplares que juzgue oportuno de las obras siguientes, de la cuales es autor, cuyos títulos son…
El número de ejemplares que de dichas obras posee (?) es el siguiente…”

La solicitud logró también ahora un éxito inmediato. El Ministro encargó a la Academia de la Lengua que emitiera un informe sobre el valor y utilidad de las obras de Reyes, para proceder en consecuencia. Este informe, firmado por Mariano Catalina, decía entre otras cosas:

“De gran provecho literario y social sería que en las diversas partes de España hubiese muchos escritores semejantes a él, y cuyas obras, divulgadas, en todas las regiones, contribuyeran a que los hijos de la Madre Común, conociéndose mejor, fundaran en la estimación mutua la fuerza y la confianza necesarias para el cumplimiento de sus altos destinos. Por estas consideraciones piensa el que suscribe que puede y debe de adquirir el Estado ejemplares de las obras de Arturo Reyes, que son de mérito relevante para las Bibliotecas Públicas.”

Ante tan favorable dictamen, el decreto de adquisición no se hizo esperar. Con fecha 26 de diciembre recibía Arturo una notificación del Ministerio de Instrucción Pública, firmada personalmente por el Subsecretario – lo era a la sazón D. Natalio Rivas-, en la que se le decía:

“El Excmo. Sr. Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes me dice con esta fecha lo siguiente: “Ilmo. Sr.: En vista de los informes favorables emitidos por la Junta Facultativa de Archivos, Bibliotecas y Museos, y por la Real Academia Española acerca de las obras tituladas Cartucherita, Las de Pinto, La Goletera, Del Bulto a la Coracha, De mis parrales y Romances Andaluces, de las que es autor D. Arturo Reyes Aguilar:

"S.M. el Rey, q. D. g., se ha servido disponer con destino a las Bibliotecas Públicas del Estado se adquieran 139 ejemplares de cada una de las cinco primeras, y 138 de la última al precio de 3 pts. cada una, y que su importe total, o sea 2.499 pts. se libre a favor del interesado…
Madrid, 26 de diciembre de 1912.”

Por este tiempo, también la Diputación Provincial de Málaga había concedido a Reyes una asignación pecuniaria en concepto de ayuda para la edición de sus obras. Al parecer, el acto de entrega de la misma no revistió todo el calor que hubiera sido de desear, lo que hizo exclamar al cronista de La Tribuna: “¿Por qué habrá de esperarse un entusiasmo tardío e improvisado en los que no habían posado la atención en él durante veinte años de una lucha titánica y denodada?”

Continuará…

BIBLIOGRAFÍA:

- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.
- Archivo familiar Reyes Téllez (ART).
 - Cartucherita. Novela Andaluza”. Reyes, Arturo. Málaga, Tip. De “El Cronista, 1897.
- Las de Pinto. Novela Andaluza. Reyes, Arturo. Madrid, R. Velasco, 1908.
- La Goletera. Reyes, Arturo. R. Velasco. Madrid, 1901.
- “Del Bulto a la Coracha”. Reyes, Arturo. R. Velasco. Madrid, 1902.
- De mis parrales. Cuentos andaluces. Tip. Zambrana Hermanos. Málaga, 1911.
- Romances andaluces. Reyes, Arturo. Zambrana Hermanos Impresores. Málaga, 1912.