Hoy D. Cristóbal Cuevas
nos informa sobre los lugares en los que a mi bisabuelo Arturo le gustaba pasar
sus momentos de ocio y donde se sentía plenamente feliz: la Academia de
Declamación y el patio que D. Narciso Díaz de Escovar tenía en la típica y popular calle Los
Negros, enclavada entre la Cruz Verde y El Ejido, y que hoy, por desgracia para los malagueños, presenta este aspecto tan diferente.
Nota: La calle Los Negros (Málaga). Julio 2013. Archivo Reyes.
Este lugar ha perdido el tipismo de antaño, sustituyendo las casas matas por edificios. Ya no existe la fuente donde las gitanas acudían a llenar sus cántaros de agua pero probablemente seguirá siendo un sitio sorprendente donde "lo popular" seguirá respirándose por todos sus rincones.
Arturo se siente feliz porque acaba de recibir una carta
de su ilustre amigo D. Benito Pérez Galdós, agradeciéndole los buenos momentos que habían pasado juntos
en Málaga …
“Arturo recibe alborozado esta carta en
el despacho que Narciso tiene en la “Academia de Declamación”, donde ambos
siguen enseñando como en los entusiastas años fundacionales. Allí pasan muchos
de los ratos que les dejan libres sus ocupaciones en amena conversación con
Ruiz Borrego.
Sin embargo, cada vez
más frecuentemente, el autor de Cartucherita prefiere invertir sus ratos libres
leyendo, paseando, tomando el sol o meditando en el hermoso jardín que el
eminente criminalista y magistrado suplente posee en la calle de los Negros.
“A
la entrada [de esta calle] – escribirá más tarde su hijo Adolfo- hay una fuente
de hierro donde se agrupan las mujeres con los cántaros al cuadril; al final,
una escalera de ladrillos rojos da salida al Ejido. Por esta parte, las casas,
en hondonada, sostienen la tierra con muros de contención.
De esta manera,
adosada a una casa que le da entrada por el piso superior, tiene un jardín
Narciso Díaz de Escovar, jardín al viejo uso, en el que las flores ocultan las
sendas, y que está cercado por una línea roja de geráneos y otra línea azul de
campanillas.
Aquí vienen las gitanas por flores …, y mi padre, en este jardín
tan propicio a las maneras de su pensamiento, pasaba sus horas de recogimiento
solitario a pleno sol, entre los verdores intensos, leyendo … o asomándose a
las bardas que dominaban los patios vecinos, donde … alguna gitana vieja,
comida por el tiempo, enseñaba a la moza, vendedora de randas, su monótono
pregón, mitad canturia; y entonces en el silencio del jardín, entre la malla
florida de los rosales, mi padre arrojaba el libro para dedicarse al atisbo de
esta vida humilde que amaba tanto.”
Continuará...
BIBLIOGRAFÍA:
- “Arturo Reyes. Su vida
y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García,
Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural.
C. S. I. C. 1974.
- Archivo familiar Reyes
(ART).
Muy buena la entrada,cierras los ojos y ves la calle con su fuente.
ResponderEliminarUn saludo
¡¡ Qué bonito !!! Pepa, he visto a aquellas mujeres morenas, con sus delantales cogidos a un lado, el cántaro apoyado en la cadera, lleno de agua fresca de la fuente...entre geranios, por las calles malagueñas.
ResponderEliminarLástima que se está perdiendo, a pasos agigantados las calles, la idiosincrasia malagueña...¿Casco histórico llaman hoy en dia a las calles del centro malagueño? ¿Qué queda? El recuerdo, sólo el recuerdo.....y las palabras escritas, lo descrito por grandes escritores, como D.Arturo y su hijo....
Muy bonita la entrada Pepa. Me encanta conocer más cosas sobre Arturo Reyes porque desde que estoy con la exposición, le aprecio como si fuese de mi familia. Arturo fue un gran escritor pero sobre todo fue un gran malagueño que no merece ser olvidado por sus paisanos. Un beso
ResponderEliminarGracias a las tres por vuestro apoyo. Cuando realicé la foto este verano me quedé muy sorprendida al ver como había cambiado el paisaje urbano en unas décadas. No existe ya la fuente aquella y no había rastro alguno de lo que un día fue la calle de los Negros
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