Hoy tengo el gusto de presentaros a uno de los más distinguidos actores teatrales que ha dado nuestro país, Fernando Díaz de Mendoza, que además formó una importantísima compañía teatral con su esposa, la inimitable actriz María Guerrero. Ambos marcaron una época dorada del teatro en nuestro país, y quiero que lo conozcais...
Fernando Díaz de Mendoza y Aguado nació en Murcia, en 1862, y falleció en Vigo (Pontevedra), en 1930. Ha pasado a la historia por ser, en opinión de muchos críticos, el mejor actor español de principios del siglo XX.
Fernando Díaz de Mendoza y Aguado nació en Murcia, en 1862, y falleció en Vigo (Pontevedra), en 1930. Ha pasado a la historia por ser, en opinión de muchos críticos, el mejor actor español de principios del siglo XX.
De origen aristocrático, Fernando heredó a lo largo de su vida los títulos de VI Marqués de Fontanar, VII Marqués de San Mames y VIII Conde de Balazote y de Lalaing, así también fue nombrado en dos ocasiones “Grande de España”.
Apenas existe información sobre su infancia. En su juventud se convirtió en un personaje muy conocido en los ambientes de la alta sociedad murciana, donde era conocido como Fernando de Montanar, apelativo que recibió por uno de los títulos nobiliarios de su padre que el propio Fernando heredaría varios años más tarde. Durante esa época y debido a su desahogada posición económica, se dedicó a las diversiones propias de su rango (cacerías, bailes, casinos, …).
En la década de 1880 se traslada a Madrid donde entabla contacto con otras familias aristocráticas. Su vida profesional da un giro inesperado cuando la Duquesa de la Torre, Antonia Domínguez Borrell, viuda del General Serrano, recuperó el ánimo, tras el duelo por el fallecimiento de su marido y, envuelta en el ambiente cultural de la época, decide construir un teatro, que sirva de distracción a los aristócratas. El teatro recibió el nombre de su hija, Ventura, y se inauguró el 30 de enero de 1887.
Pese a que el recinto no tenía una gran capacidad las funciones gozaban de tanto éxito que se repetían en numerosas ocasiones. En una de las primeras obras que se escenificaron, se presentó un joven actor que hacía el papel de Cervantes en “El loco de la Guardilla”, obra de Narciso Serra. Este joven era Fernando Díaz de Mendoza que aquel día recibió la primera ovación de su vida.
Tras esta representación se convierte en un actor insustituible. Cada papel que representa recibe innumerables elogios de los asistentes.
El momento cumbre de la ascensión como actor del aristócrata murciano fue la representación de la obra de Tirso de Molina, “El vergonzoso en palacio”, justo antes del final de la primera temporada, con Fernando Díaz de Mendoza y Ventura Serrano en los papeles protagonistas. La actuación del joven fue tan brillante que supuso su consagración como gran figura del Teatro Ventura.
El éxito de la representación les obligó a tener que escenificar la obra, a petición popular en este caso, ante ilustres espectadores como la escritora Emilia Pardo Bazán o el político Emilio Castelar.
Poco después de esta representación se confirmó la relación entre Fernando y Ventura, y tras finalizar la temporada teatral ambos anunciaron su enlace matrimonial.
Tras la muerte de su esposa Ventura Serrano, Fernando Díaz de Mendoza, aprovechando su juventud y buena posición social, gasta su fortuna alegremente pese a los consejos de su administrador, quedando en poco tiempo arruinado.
Su precaria situación económica le obliga a tener que trabajar para vivir. En 1892 realiza varias representaciones en distintos teatros de Madrid. Después se enrola en la compañía del actor y empresario Wenceslao Bueno que trabajaba por provincias. La compañía recorre media España, pero tras la gira se disuelve y Domingo de Mendoza se queda sin trabajo.
En 1893, Ramón Guerrero (padre de María Guerrero, quien tenía en esos momentos una licencia de explotación del Teatro Español, propiedad del Ayuntamiento de Madrid) le ofrece un puesto en su compañía, dirigida por el insigne actor Ricardo Calvo y Revilla.
Continuará…
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