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lunes, 21 de marzo de 2016

DIA MUNDIAL DE LA POESÍA: "MIS VERSOS" POR ARTURO REYES.

Hoy 21 de marzo se celebra el "Día Mundial de la Poesía", y queremos contribuir desde este pequeño espacio familiar, compartiendo con vosotr@s, un poema que mi bisabuelo escribió y dedicó al insigne escritor vallisoletano Gaspar Núñez de Arce, un texto característico de la Generación del 98, movimiento literario al que el malagueño Arturo Reyes, en cierta manera, perteneció, a pesar de que siempre ha sido considerado como un "escritor costumbrista andaluz".




En "Mis versos" vislumbramos a un hombre-poeta, que a pesar de haber vivido tan sólo treinta y tres años, se encuentra en una etapa de su existencia en la que su visión del mundo se ha transformado, un alma no resignada a los infortunios que la vida le va deparando.


Quizás influyó en Arturo, además de la crisis que vivía la España de finales del siglo XIX y el pesimismo que caracterizó a muchos intelectuales de aquella época, la muerte de su hijo primogénito, un designio fatal que nunca llegaría a entender.


Fueron amigos suyos, Unamuno, Benavente, Blasco Ibáñez, y muchos otros importantes escritores de aquella época con los que mantuvo una estrecha y cordial relación personal y de trabajo, que quedó materializada en su interesante archivo epistolar, legado del poeta a la historia de Málaga, que en el año 2013, en la celebración del centenario de su fallecimiento, fue digitalizado por la UMA, gracias al apoyo de la profesora Amparo Quiles Faz y la alumna Amina El Founti.

Un archivo que quedará para siempre, y que servirá para que los investigadores puedan estudiar mejor las relaciones personales y de trabajo que los representantes de aquel movimiento literario mantuvieron en las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX.


¡Espero que os guste!.


                          MIS VERSOS
                                                

No hallareis en mis hondas y tristes canciones
los ritmos con que suenan las alegrías
ni la luz que destellan las ilusiones;

No hallareis las serenas melancolías
del alma resignada que, al par que llora,
templa en sus esperanzas sus melodía;

No hallareis la apacible luz de la aurora
ni el perlado murmullo con que la fuente
a las flores arrulla, limpia y sonora;

                 No hallareis la plegaria que, reverente,
en sus horas de luchas y desaliento
ante el símbolo santo reza el creyente;

No hallareis los fulgores de un pensamiento
que plácido ilumine, como la estrella
ilumina los ámbitos del firmamento;

No hallareis en mis cantos más que la huella
que, al pasar por el alma nuestros dolores,
indeleble y profunda marcan en ella;

Catástrofes ocultas y punzadores
recuerdos de amarguras eslabonadas;
¡sobre estériles campos marchitas flores!

Rebeliones y quejas desesperadas,
anatemas ardientes, roncos gemidos
y ambiciones de amores nunca saciadas;

De mi fe los altares ya derruidos
al peso de la duda demoledora
y todos mis ensueños desvanecidos;

De un arpa con dos cuerdas la abrumadora
igualdad, la cansada monotonía
de un cuadro que dos tintas sólo atesora;

La estrofa del que en vano tenaz porfía
por ver en su horizonte la luz celeste
que un tiempo concibiera su fantasía...

Estas son mis canciones, mi canto es éste;
no es mi musa la musa dulce y serena
de lánguidas pupilas y blanca veste;

Es la de torva frente de surcos llena,
con túnica de luto siempre vestida
y de ojos centelleantes de amor y pena.

Tan sólo a su conjuro surge en mi vida
la inspiración doliente que en mí ha brotado
¡como al golpe la sangre brota en la herida!

Musa que solo canta cuando arrastrado
mi espíritu errabundo va por la ola
del mar donde sus dichas han naufragado;

Cuando el sol mi horizonte no tornasola,
cuando el alma, entre eternas dudas sombrías,
se pierde en el desierto, trémula y sola;

Cuando ve que son penas sus alegrías,
ansias irrealizables sus ambiciones
y apagados murmullos sus armonías.

Estos vagos murmullos son mis canciones;
este libro, tan triste, guardad en su seno
como yerto sepulcro mis ilusiones;

Las corolas ya mustias que el valle ameno
de mi infancia aromaron que la fortuna
                implacable y contraria manchó con cieno;

Todas mis decepciones una por una
todos los sentimientos que han agitado
mi combatido espíritu desde la cuna;

Son mis versos la historia de mi pasado
y os dedico esta historia franca y sentida
¡eco de tanto grito como he lanzado!

Dad, pues, ilustre vate, franca acogida
al que hundido en la sombra su voz levanta;
¡que el que canta en la cumbre le dé al que canta
en el fondo del surco, la bienvenida!

                                                            ARTURO REYES.
                                  (Desde el Surco, 1896)

Continuará…

BIBLIOGRAFÍA:
- Desde el surco”. Poesías. Carta – Prólogo de D. Gaspar Núñez de Arce. "Mis versos". Reyes, Arturo. Madrid. Librería Fernando Fé. 1896.

1 comentario:

  1. ¡¡ Una vez más D.Arturo con sus letras, me emociona !! Un gran escritor, un gran poeta.
    Gracias por compartir y hacernos participe en un día tan especial, sus poemas.
    Un fuerte abrazo.

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