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domingo, 22 de abril de 2018

EL ESCRITOR COSTUMBRISTA MALAGUEÑO ARTURO REYES HA MUERTO (I).

Hoy queremos daros más datos sobre las causas del fallecimiento de mi bisabuelo para lo cual el catedrático D. Cristóbal Cuevas pidió colaboración a mi padre que era médico. 

Hoy ninguno de los dos se encuentran entre nosotros, y dentro de mí existe un vacío irreparable que dejó la huella de mi progenitor, al que siempre admiré no sólo por el ejemplo que nos dio como persona sino también por su total dedicación a la medicina. Él se entregó por completo a sus pacientes, sin horarios, sin descanso, sin vacilaciones, con la única pretensión de salvarle la vida no sólo a muchos malagueños sino a personas que venían de los pueblos, de otras provincias, para que él con su buen ojo clínico y su permanente reciclaje, les diera un diagnóstico que quizás en aquellos tiempos la Seguridad Social no les ofrecía. 

Y hoy quiero dedicarle a mi padre esta publicación porque de él fue de quién más aprendí. Me hizo conocer la honestidad, el esfuerzo que tienes que realizar para conseguir las cosas, el tesón, la amistad, el amor por la familia, y tantas otras cosas que sería imposible enumerar aquí. 

Va por ti papá, porque sé que si me estás viendo, estarás orgulloso de que realice este blog al que dedico mi tiempo porque tú me lo pusiste en mi destino, y porque sé que si estuvieras entre nosotros siempre me animarías a seguir con esta “labor familiar” a la que tú también destinaste tu tiempo y tu esfuerzo. 


Nota: Foto realizada por mi vecino y buen amigo, Juan Antonio Sepulveda  Rojano -"Chiqui"-, y que amablemente me envió hace unos días. Detalle de uno de los bancos de cerámica existentes en los Jardines de Pedro Luis Alonso, junto al Ayuntamiento de Málaga, y en el que se puede leer un fragmento de una poesía de mi bisabuelo.

“Como ya hemos dicho, el diagnóstico que los médicos de su tiempo emitieron fue el de cólico hepático. No obstante, hemos juzgado interesante conocer la opinión de un especialista actual sobre la enfermedad que le llevó a la tumba, y para ello hemos recurrido al nieto del poeta, Dr. D. José C. Reyes Téllez, especialista en Medicina Interna y Director de Servicio de la Beneficencia Provincial de Málaga. Con los datos que le hemos remitido, y con los que él mismo ha podido manejar en el estupendo archivo de familia, el nieto de Arturo Reyes afirma que, aunque es muy difícil diagnosticar a la distancia de tantos años, los datos que posee le hacen inclinarse por una dolencia de todo el sistema hepatobiliar, que pudo ser en concreto, o bien una colelitiasis con brotes colecistíticos en sus últimos años, o bien una cirrosis hepática derivada del abundante consumo de alcohol que hizo en su juventud –lo que “explicaría la tristeza de sus últimos años”–, y que habría desembocado al fin en un coma hepático irreversible.

Sea como fuere, la lucha se había acabado para siempre. Arturo había muerto en Málaga, como era su deseo. En esa Málaga que tanto amó, y a la que había dedicado lo mejor de su existencia. Muchas veces había expresado el poeta la esperanza de descansar en la tierra que le vio nacer, y a la que la tan fervorosamente había cantado siempre. Su deseo de reposar bajo el suelo malagueño tenía un sentido telúrico, casi biológico, de retorno final al vientre materno:

“Me hirió el dolor con indomable encono, 
y hastiado de sufrir, sólo ambiciono 
dar ya fin para siempre a mi camino 
  
del zafir de tu cielo a los fulgores, 
bajo el chal irisado de tus flores, 
cabe las ondas de tu mar latino.”

La pobreza fue siempre su compañera, hallándole la muerte “desnudo como los hijos de la mar”. Ni siquiera tuvo la alegría de tomar posesión de su cargo de Bibliotecario del Ayuntamiento. 

Como señaló La Tribuna “Arturo no pudo redimirse del trabajo diario, tuvo que afrontar la vergüenza de que pidieran para él, y ha muerto consumido por un dolor intenso y prosaico. Muere como buen artista, dejando a los suyos en la miseria, un drama inédito –El lagar de los Rosales- y un hijo también escritor.” 

La fama de su pobreza estuvo tan extendida que algún periódico sensacionalista pudo extremar las cosas hasta límites increíbles: “Una aciaga noche -recuerda González Anaya-, en un periódico de Barcelona que cayó por acaso en mi poder – yo estaba entonces en La Plata-, mis ojos espantados leyeron que había muerto el poeta ¡y que había muerto de hambre! ¡De hambre! Con dolorosa indignación me procuré detalles del terrible suceso, y supe que la frase del periódico catalán no era sino una concreción bárbara, un tropo descarnado y brutal.“ 

Dionisio Pérez apostillaba con amargura: “Conoció la Fama, saboreó el halago de los elogios en letra de molde, mientras que sus libros no le producían dinero bastante para vivir; no rindió, sin embargo, su Arte a la necesidad y a la penuria, pero le entregó la vida. “

Continuará…

BIBLIOGRAFÍA:

- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.
- Archivo familiar Reyes (ART). 
– “Béticas”. Poesía “A Málaga”. Pag 151. Autor: Reyes, Arturo. Madrid, R. Velasco. 1910.

1 comentario:

  1. Una época con pocos o casi ningún medio para frenar o mitigar enfermedades tan duras, tan dolorosas y tan terribles. No quiero imaginar el pesar no sólo de D.Arturo por su dolor fisico, también por su lucha en dejar su legado y a su familia en tan tristes y dificiles circunstancias.
    Él piensa (perdón: pensaba. Hablo de él en presente, porque está presenta gracias a ti en mi pensamiento siempre), como yo....incluso cuando veo las plantas, los árboles, la tierra e incluso la mar: que mis antepasados siguen formando parte de la tierra, de la naturaleza, que están ahi..y ahí, de donde vengo, donde están los mios, quiero volver.
    Una vez más, debo felicitarte y animarte en que continúes compartiendo el legado de tu familia, de la que realmente puedes y debes estar muy orgullosa. Segurisima que tienes mucho, mucho por descubrirnos.
    Besos.

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