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domingo, 3 de abril de 2011

D. EMILIO THUILLER, ILUSTRE ACTOR TEATRAL ESPAÑOL DEL SIGLO XIX - XX.

Tras haber dado ya por concluido el Festival de Cine de Málaga, es un momento especial para daros a conocer hoy la figura de uno de los artistas malagueños más destacados en el arte de Talia. Era de nuestra ciudad y quizás hayáis oído hablar de él, pero yo quiero refrescaros su memoria pues es una figura destacada de este blog ya que fue un buen amigo de mi bisabuelo Arturo, con el que siempre mantuvo unas relaciones cordiales, de lo cual queda constancia en el archivo familiar…

Nos referimos a Don Emilio Thuiller y Marín, que fue uno de los artistas españoles más destacados del primer tercio de siglo XX. Nació el 4 de agosto de 1868, en la ciudad de Málaga. De padre francés y madre española, estudió en su ciudad natal hasta convertirse en Perito Mercantil, estudios que realizó debido a que su padre era comerciante y quería que su hijo siguiera con el negocio.






El prematuro fallecimiento del padre cambió totalmente su orientación profesional, ya que Don Emilio prefirió formarse como actor, oficio que ya conocía, pues había participado en representaciones, como aficionado, entre su círculo de amigos.

En una entrevista concedida al diario “La Información”, de San Sebastián, en 1916, le preguntaron cuándo nació su afición por el teatro, a lo que Don Emilio respondió con cierto humor: “Es anterior a mis recuerdos. Yo creo que antes de nacer yo, nació en mí la afición a las tablas”,

A sí fue como Don Emilio vino a Madrid a estudiar, durante tres años, en el Conservatorio de Música y Declamación. De este periodo, Thuiller siempre destacó la influencia que tuvo el gran actor Antonio Vico en su formación, ya que fue profesor suyo.

Su primera intervención en público se produjo en 1887, cuando ingresó, en la compañía de Cirera y Alfredo Maza. Intervino en la obra “La taberna”, representada en el teatro Novedades de Madrid. Se trataba de una adaptación de Emile Zola, en la que él actuaba, como camarero, con un papel de diez palabras.

Debido a sus dotes como intérprete y su porte de galán, fue representando papeles cada vez más destacados. Emilio Mario, otro gran actor español, le contrató para su compañía, y bajo su dirección Thuiller creció como artista.

Su primer éxito como protagonista lo tuvo en 1892, cuando estrenó en el teatro de La Comedia, la obra “La Realidad”, de Benito Pérez Galdós, en la que actuaba María Guerrero como actriz protagonista.





Nota: Fotografía de la gran actriz María Guerrero.

El salto a la fama teatral se produjo con la interpretación del principal papel masculino del drama “Juan José”, de Joaquín Dicenta, estrenado en el teatro de la Comedia de Madrid, en 1895. “Juan José” supuso la irrupción en escena de un nuevo tipo de teatro que incorporaba tintes sociales a los ya habituales dramas. La obra fue muy polémica en la época.


El siguiente paso en la carrera de Emilio Thuiller fue convertirse en primer actor, director y propietario de su propia compañía, algo que sólo podían permitirse grandes actores como Fernando Díaz de Mendoza y María Guerrero.

A lo largo de su dilatada carrera, Don Emilio estrenó obras de los mejores autores españoles, con los que tenía un trato fluido debido a su buen carácter. Entre todos ellos citamos a José de Echegaray, con su obra “Mariana”; los hermanos Álvarez Quintero; Pérez Galdós con obras como ”El tacaño Salomón” o “La de San Quintín”; Jacinto Benavente con su obra “El hijo del Polichinela”; o Linares Rivas, con su obra “Cobardes”.

Don Emilio tampoco rehusó la interpretación de clásicos españoles y extranjeros. Así, encarnó, con mucho éxito, adaptaciones de obras de Shakespeare como “Otelo” o “Falstaff”, para algunos su mejor caracterización. “Falstaff” se representó en el teatro Eldorado de Barcelona, el 10 de julio de 1902. Dos días después en el diario La Vanguardia aparecía esta crítica: “En la interpretación sobresalió el señor Thuiller, que dio al barón de Falstaff una apariencia de vida sobria, pero gráfica. El triunfo obtenido en esta comedia es de los qué pueden apuntarse en la historia de un actor con verdadero orgullo”.

Si en el capítulo de autores con los que trabajó Thuiller la nómina es impresionante, en el de actrices, la lista denota el nivel artístico de nuestro biografiado. Entre sus compañeras protagonistas destacan María Guerrero, la malagueña Rosario Pino y Margarita Xirgú, con la que participó en giras por América.

Otra actriz con la que actuó fue Hortensia Gelabert, nacida en Cuba, profesora del Conservatorio Municipal de La Habana, con la que además de oficio, compartió matrimonio, y veladas inolvidables que la hicieron muy popular junto a su marido en el teatro Lara. Ellos popularizaron la obra de Jardiel Poncela, “Una noche de primavera sin sueño”, estrenada el 28 de mayo de 1927, en la que Don Emilio fue una pieza clave en la promoción del entonces joven Enrique Jardiel.

Como curiosidad, añadamos que Hortensia Gelabert y Emilio Thuiller participaron juntos en la única película que rodó D. Emilio: “La mala ley”, del año 1924, dirigida por Manuel Noriega, y en la que también actuaban Fernando Díaz de Mendoza y José Isbert.

Doña Hortensia Gelabert llegó a tener compañía propia, y tras el fallecimiento de su marido volvió a La Habana, donde falleció en 1958.





Nota: Fotografía de Hortensia Gelabert.

Durante muchos años, Don Emilio actuó en el teatro Español donde compartía la temporada con la compañía de Fernando Díaz de Mendoza y María Guerrero. Tan insignes actores, a veces realizaban actuaciones conjuntas.

Además de su participación en teatros españoles, Don Emilio hizo varias giras por Iberoamérica, por ejemplo, en 1902, 1906 y 1913. El trabajo que suponía preparar y realizar estos desplazamientos era ingente y da muestra de la capacidad de compromiso de Thuiller, que estuvo acompañado por primeras actrices como Ana Ferri o Margarita Xirgú. Visitó países como Argentina, Chile, Perú, Méjico, Costa Rica o el Uruguay.





Nota: Fotografía de Margarita Xirgú.

En la gira de 1906, la compañía la formaban 35 expedicionarios, entre los que estaban los 20 actores y todo el equipo técnico, que transportaba más de 30.000 kilos de material, entre el que destacaban más de cien decorados, muebles y atrezzo. La gira duró 15 meses en los que se visitaron cinco países, con un total de 290 representaciones, con lleno de público en todas ellas. Sólo podían descansar los días que viajaban de un sitio a otro. Don Emilio representó un repertorio de 27 obras de muy variados autores como Echegaray, Galdós, Benavente, Shakespeare, Eusebio Blasco o Rostand.

Una muestra de lo valorado que era Don Emilio en Iberoamérica la tenemos en la opinión del prestigioso escritor chileno Yáñez Silva, que en su libro “Memorias de un hombre de teatro”, comentaba, tras presenciar una representación de Juan José en 1924: “Aquel escalofrío que me causó Emilio Thuiller está presente en mi, cuando lo veo, de mas de cincuenta años, entusiasmando a un público ya un tanto alejado de ese género de comienzos de siglo. D. Emilio ha sido uno de los mejores galanes que ha tenido Europa”.

La personalidad y el talento como actor quedaban reflejadas en la sede de su compañía teatral, en la calle Hermosilla de Madrid, en la que tenía un gran biblioteca teatral, numerosos premios en forma de coronas de laurel de plata y oro, y una galería de retratos al óleo de eminentes actores españoles.

Como muestra de su humanidad, cabe comentar que, en una ocasión, le preguntaron cual había sido su momento más feliz. Sin dudar, Don Emilio respondió que fue ver llorar a su madre, cuando salió a saludar el día del estreno de una obra de Benavente.

También vivió Don Emilio numerosas anécdotas, pero destacamos una sola: En una ocasión le propusieron reiteradamente cantar zarzuela, y aunque el canto no era su especialidad, finalmente accedió. Al intentar entonar, la voz no le salió y siguió vocalizando durante un rato. Al público le hizo mucha gracia y aplaudió sonoramente.

D. Emilio Thuiller ingresó como socio del Casino de Madrid el 31 de octubre de 1910, y junto a Fernando Díaz de Mendoza, fue uno de los pocos socios actores que tuvo el Casino. Si bien, el malagueño, ingresó presentado como perito mercantil, y no como artista.

El actor malagueño recibió un homenaje a toda su carrera el 17 de diciembre de 1931, que tuvo lugar en el Salón Real del Casino de Madrid y supuso un acontecimiento extraordinario por su calidez y cariño que dejó patente la prensa.

El propio Don Emilio remitió una carta a Don Emilio Ortuño, Presidente del Casino, en la que expresaba su agradecimiento por haber permitido celebrar en el Casino su homenaje.

Años más tarde encontramos otra muestra del aprecio del Casino por su socio. El diez de julio de 1934, la Junta Directiva del Casino de Madrid, a petición de numerosos socios, solicitó a Filiberto Villalobos González, Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, la designación de Don Emilio como Subdirector del Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, en base a su “prestigio indiscutible de la escena española, maestro de varias generaciones de artistas dramáticos y a quien su brillante carrera hace acreedor de la distinción que para él se solicita”.

Unos años más, Don Emilio siguió estrenando obras de género dramático y cómico, pero sufrió una apoplejía que le limitó mucho sus últimos años de vida. Falleció en Madrid, el doce de julio de 1940. En su entierro recibió Don Emilio Thuiller el último aplauso emotivo del público, ese mismo público que tantas veces le había obligado a salir a saludar los días de estreno.

La ciudad de Málaga le rindió tributo, rotulando una calle de la barriada de Ciudad Jardín, con el nombre de Emilio Thuiller.


Continuará…

El próximo día tengo la intención de publicar un poema que mi bisabuelo Arturo Reyes, dedicó al gran actor malagueño, al que le unió una gran amistad.


BIBLIOGRAFÍA:

Historia del Teatro Español. Díaz de Escovar, Narciso y Lasso de la Vega, Francisco. 1924.
- Cien malagueños ilustres. Bueno Muñoz, Antonio.
1956.
- Archivo del Casino de Madrid  (Elena de Santiago)

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