Hoy sigo publicando sobre Ana Adamuz, una célebre artista que también estudió en la Academia de Declamación de Málaga y que tuvo un gran éxito en nuestro país…
Fue , sin duda, Ana Adamuz - Anita se la llamaba siempre- una de nuestras más gloriosas figuras de las escenas. Actriz de teatro que destacó en la interpretación apareciendo junto a las más importantes divas de principios de siglo.
Nacida en Escañuela (Jaén) en 1886, es considerada malagueña, pues desde que tenía año y medio vivió en la capital mediterránea. Pasó su infancia en la ciudad de Málaga, iniciándose muy joven en el mundo de la interpretación. Fue Anita una de las alumnas aventajadas de la Academia de Declamación de Málaga donde aprendió mucho.
Muy joven fijó su residencia en Madrid, dedicándose plenamente al teatro, interpretando fundamentalmente papeles dramáticos, aunque actuó también en el género cómico.
Ana Adamuz comenzó sus actividades escénicas en los primeros lustros del siglo XX, destacando rápidamente en obras importantes. Cultivó, sobre todo, el género dramático y puede considerarse con María Guerrero y Lola Membrives, una de las inolvidables creadoras de “La Malquerida” de Benavente.
Durante más de medio siglo dedicada al teatro, se haría interminable la lista de sus éxitos. Entre estos últimos recordemos “Madre Paz” de Joaquín Dicenta (hijo) que le valió un largo y clamoroso triunfo.
Obras dramáticas costumbristas y algunas de “alta comedia” fueron cultivadas con excepcional temperamento por la gran actriz. Ana Adamuz vivió para el teatro mientras sus fuerzas se lo permitieron. También actuó en el género cómico.
Su plenitud artística se extendió durante el primer tercio del siglo XX e interpretó, entre otras, obras de Jacinto Benavente. Entre sus triunfos sobre las tablas, pueden mencionarse “La malquerida” o “Madre Paz” de Joaquín Dicenta.
Su paso por el cine fue muy reducido, interviniendo en cinco títulos: Currito de la Cruz (1926), La hermana San Sulpicio (1934), de Florián Rey, con Imperio Argentina, una nueva versión sonora de Currito de la Cruz (1936), La Dolores (1940), con Concha Piquer y Brindis a Manolete, (1948).
Tenía un temperamento, un nervio y una capacidad intuitiva que la situaron en el primer plano de nuestra escena, puesto en el que permaneció largamente.
Con la muerte de la inolvidable actriz Ana Adamuz en marzo de 1971 desapareció la última de las grandes figuras que se iniciaron en los comienzos de este siglo su carrera. Fue enterrada en el cementerio de la Almudena y el sepelio constituyó una gran manifestación de duelo. Todo el mundo del teatro estaba representado, sin contar el gran número de amigos y admiradores.
Poco antes de su muerte también se le rindió un caluroso homenaje oficial en Málaga donde existe una calle que la recuerda, localizada en la barriada de Miraflores de los Ángeles.
Bueno, espero que os haya parecido interesante la intensa vida de esta gran actriz, que aunque no nació en Málaga, se crió y se formó en nuestra ciudad.
Continuará…
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