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Archivo Arturo y Adolfo Reyes Escritores de Málaga por Mª José Reyes Sánchez se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.

viernes, 19 de octubre de 2012

EL ESCRITOR MALAGUEÑO ARTURO REYES. PRIMERA GRAN CRISIS ESPIRITUAL.


Nuestro escritor malagueño se encuentra en la plenitud de su vida y percibe que la vida pasa fugazmente. Ha pasado trece años, intentando conseguir ser un literato reconocido y siente como los vaivenes de la vida, no le dan la estabilidad que él necesita. Su físico deja ya entrever el tiempo pasado, y su espíritu impetuoso e impaciente no le permite dejar pasar el tiempo sin que sus proyectos se hagan realidad. La melancolía lo envuelve…

El catedrático de Literatura Española, D. Cristóbal Cuevas, nos lo cuenta en su libro dedicado al autor:

Arturo va ya camino de los treinta y tres sin haber conseguido todavía, a su parecer, nada definitivo, y la angustia del paso irreparable del tiempo se le convierte en obsesión.

Siente con desesperada impotencia que la juventud se le escapa – a él, que tan intensamente está viviendo de cara a la carne y a la gloria, malbaratando muchas veces su caudal de energías-, y esto le llena de sombrío pesimismo.




Nota: José de Espronceda (Almendralejo, 1808-1842, Madrid). Célebre escritor del Romanticismo español. 

Su postura vital se concreta con sobrecogedora precisión en el poema “A Espronceda”, escrito tan sólo unos pocos meses antes:

“Ya crucé la frontera
que maldijiste de los treinta años
al mirar en tu riza cabellera
en canas blanquear los desengaños;
ya en árbol siniestro de mi vida
su escarcha el viento del otoño arroja;
ya empieza a despojarlo hoja por hoja
del goce muerto y la ilusión perdida.”

El cabello empieza a encanecer en su cabeza, y dos lágrimas amargas, deshechas en dos versos de estremecido barroquismo, lloran las primeras señales de la vida que empieza a escorar, imperceptible, pero inexorablemente:

“Mi cabeza es el libro de mis dolores,
y son esos cabellos sus páginas.”

Hubo un momento en que la crisis llegó a tal extremo que Arturo, como ya lo hiciera su padre en 1864, y su tío Francisco en 1857, pensó seriamente en el suicidio.

Esta posibilidad queda claramente insinuada en el poema “En la playa”, y a ella se referirá el poeta abiertamente al regalar a su hijo Adolfo su propia Biblia en 1911, confesando en la dedicatoria: “Desengañado de la vida, el espíritu caminaba doliente y solo por un desierto sin fronteras, y ella fue el divino oasis consolador donde recobré las energías necesarias para no detenerme bruscamente en mitad el camino.”

Continuará...

BIBLIOGRAFÍA:

- “Arturo Reyes. Su vida y su obra. Un enfoque humano del andalucismo literario”. Cuevas García, Cristóbal. Editado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga. Obra Cultural. C. S. I. C. 1974.
- Archivo familiar Reyes (ART).

ENLACE JOSÉ DE ESPRONCEDA:

2 comentarios:

  1. ¡¡¡ Ufffff...menos mal que no lo hizo !!!! Nos hubieramos perdido unas preciosas poesias...su historia, su vida...que releo cada vez que publicas una parte de ella en tu blog.....
    Buen fin de semana.....un beso.

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  2. MARAVILLOSO EXPLENDIDO Y BUEN TRABAJO YA NO SEQUE MAS DECIR SOLO QUE ADELANTE AMIGA PEPA

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