Hoy, tras meditar detenidamente sobre qué escribir, he creído interesante introduciros en el Archivo Reyes, ya que es la razón de ser de este blog…
Así comienza hoy la historia…
Estos fondos documentales familiares fueron legados por mi abuelo Adolfo a mi padre, el cual los conservó en su poder hasta el día en que se jubiló y cerró su consulta de calle Echegaray.
El archivo siempre ocupó un lugar secundario en el consultorio, ubicado en un largo pasillo de entrada dentro de un mueble de cristal, como si de un tesoro abandonado se tratara. Desde pequeños, mis hermanos y yo sentíamos una gran curiosidad sobre que podría contener aquel mueble siempre cerrado, donde tras el cristal podíamos vislumbrar un conjunto de archivadores que sabíamos contenían documentos antiguos que pertenecían a la familia y que “sólo podíamos ver pero no tocar”.
En aquella época los antiguos legajos sólo se sintieron útiles cuando fueron utilizados por intelectuales como el catedrático de la Universidad de Málaga, el fuengiroleño Cristóbal Cuevas García, quien realizando un estudio detallado de la obra de Arturo Reyes los descubrió, los estudió, los mimó y les dió la importancia que realmente tenían. También han sido utilizados por otras personas interesadas en nuestra ciudad por la cultura como la profesora de la Universidad de Málaga Amparo Quiles Faz.
Pues bien, como iba diciendo, con la jubilación de mi padre había que dejar el inmueble vacío. Con la mudanza, el archivo, por decisión suya, se trasladó a mi casa y desde entonces convive conmigo y mi familia. Recuerdo el día en que mi padre me hizo saber su decisión y me dijo: “Quiero que conserves el archivo de la familia”. Yo me sentí nerviosa y me preguntaba por qué mi padre había decidido que yo lo guardara. Quizás pensó que yo era la más “romántica” de todos mis hermanos y probablemente la más interesada con todo aquello que estuviera relacionado con mis antepasados. Rememoro las ocasiones en que para hacer conversar a mi padre, persona poco habladora, le hacía preguntas sobre la familia y él me respondía ilusionado, acrecentando en mí cada día más la curiosidad por mi bisabuelo Arturo y mi abuelo Adolfo.
En los últimos años me fue imposible su lectura porque los distintos acontecimientos familiares no me daban tregua. Con el fallecimiento de mi padre en el verano del 2009, me decidí a abrirlos para ver su contenido. En él, Arturo y Adolfo, habían estado recopilando y sistematizando minuciosamente toda la información relacionada con su actividad literaria (recortes periodísticos, cartas de amistad y de trabajo enviadas desde todo el mundo por escritores, intelectuales, historiadores, lingüistas, políticos, etc.) y desde aquel momento decidí como “superviviente” de la familia intentar recopilar y sistematizar su legado para que llegara a todos.
Mi único deseo es que este archivo sea conocido y si para ello tengo que aportar mi esfuerzo personal, no importa pues tengo toda la vida…
Quizás debería formar parte del Archivo Municipal, y quizás sea el lugar donde deba ubicarse en un futuro, con el fin de que se encuentre al alcance de todos y pueda ser estudiado y consultado por aquellos aficionados y estudiosos que quieran acceder y conocer sus documentos ya que constituyen parte importante de la historia de nuestra ciudad. Lo que sí puedo asegurar es que se encuentra a disposición de aquellas personas que estén interesados en consultarlo para su estudio.
Cada día me siento más ensimismada en esta aventura cultural que he emprendido… y espero que pueda ser algún día de utilidad para "alguien".
Continuará…
Joder, Pepa...casi ni puedo escribir...los ojos los tengo llenos de lágrimas (cabrona!)
ResponderEliminarMe acuerdo de ese pasillo en la consulta de tu padre...e imagina tu emoción cuando tu padre te entrego el "tesoro"...Me lo habías contando antes, pero no lo he "sentido" hasta que te lo he leído...realmente las palabras escritas son algo grande...
Lola (la prima de Polin) me ha comentado tu enlace en mi muro y dice que en la Biblioteca de Filosofía y Letras podemos encontrar ejemplares de: El carro de asalto, La ceniza del sándalo y Ensayos moriscos para préstamo en sala. El último también está en la Biblioteca General en préstamo normal. Y te anima y felicita por tu abuelo ;))
Besitossssss guapa
Gracias Pili por tu ánimo y tus palabras de aliento. Yo he tenido los mismos sentimientos que tú y también he derramado alguna lágrimiilla. Tú eres uno de los baluartes de este blog. Sin ti no "sería casi nada"... como dice Amaral.
ResponderEliminar¡¡¡ Una romántica generosa, así eres.....bien supo tu padre ver en ti lo que tus antepasados necesitaban, que para bien de todos los malagueños, estudiosos, amamntes del arte y de las letras tuvieses tu ésta parte de la historia de Málaga y de la cultura !!!!
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