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jueves, 17 de marzo de 2011

LA ACTRIZ ROSARIO PINO, ALUMNA DE LA ACADEMIA DE DECLAMACIÓN DE MÁLAGA (5ª PARTE)

Bueno vuelvo a retomar de nuevo el blog después de unos días de bastante ajetreo que me han impedido seguir escribiendo sobre la vida de nuestra gran actriz malagueña, Rosario Pino. Quiero seguir publicando una preciosa crónica que localicé en la hemeroteca del ABC perteneciente a la Revista Blanco y Negro, en la que un colaborador llamado F. S., dedicó a la ilustre malagueña, varias páginas de la publicación con el objetivo de rendirle un caluroso y rendido homenaje cuando ella falleció. Le dedicaron varias páginas, y así termina …




“No fue Rosario Pino una actriz dramática; aunque llegó hasta la “Fedora”, una actriz trágica; ella era elegancia, finura, distinción, matiz, la verdadera actriz de la comedia, de aquella comedia que culminó desde la segunda mitad del siglo XIX – comedia y drama- hasta un poquito antes de los vanguardismos efímeros, desde “Las damas de las Camelias” hasta  “La Parisina”, de Becquer; desde las comedias de Battaille hasta las “Rosas de Otoño”, de Benavente, y “Concha, la limpia” de los Quintero.




Era, entre nosotros, la representante más alta de un gran modo de teatro que, porque no se ha ido del todo, aunque pudiera volver. Pudiera volver, cuando ella ya no existe.

Rosario Pino fue famosa y no fue feliz. El sino que persigue a los grandes artistas, a los que no quieren plegarse a las circunstancias favorables, a los que no utilizan recursos ajenos a su arte, a los que no pueden unir al entusiasmo soñador una codicia negociante.
Todos estos elementos la persiguieron en muchas ocasiones de su vida y dueña de compañías, directora de arte y no organizadora mercantil, supo del dolor de las malas temporadas, y se acilaró con la hiel del desengaño. Y ha muerto. Abre el telón con una riqueza de ruido, ruido de aplausos, para dejar el recuerdo de su estela gloriosa en el mar de nuestro teatro. Pero lo que se escribe en el mar…

Quien esto compone pudiera decir mucho de su arte porque la vio de cerca, en escena, en las mismas tablas, trabajando con ella cuando en una de beneficio

-      ¡recuerdo imborrable!- le hizo el Lucio de “El genio alegre”, en un teatro de Barcelona. Pero así como entonces tardaba y no podía darle la réplica, distraído en admirarla, convertido en espectador en vez de interlocutor, tampoco puede ahora, conmocionado por la pena, hablar  de aquella ilusión de arte que se disipó. Aquellas campanas de “El genio alegre”, que repicaban a gloria en su voz, han enmudecido para siempre.



Nota: Fotografía del gran actor Emilio Thuiller

Hay toda una familia de artistas a quienes llega, como algo familiar e íntimo, el pésame por la muerte de Rosario. Emilio Thuiller, que fue el partenaire más identificado con su arte y el galán que mejor sabía servirla, Jacinto Benavente, que cuando vaya a jugar al ajedrez a los camarines de sus nuevas amigas y protegidas - ¡Oh, generoso e indulgente Jacinto!- , no podrá nunca olvidar a la que fue compañera e intérprete feliz de sus mejores triunfos, Serafín y  Joaquín Álvarez Quintero, hermanos en buen andalucismo de la actriz genial. Con ellos todo el teatro.




La Golondrina de Malvaloca se ha vuelto a rajar, y dobla a muerto por última vez  ¡Y ya nunca podremos fundirla de nuevo!”.


F. S.


La crónica ha finalizado y no puedo indicaros el nombre del autor ya que firmó sólo con sus iniciales. Pero el contenido de sus palabras me han resultado tan emocionantes que al leerla me he sentido obligada a transcribirlas. Espero que os haya gustado.






Nota: Esta semblanza publicada pertenece al interesantísismo "Diccionario Akal de Teatro", cuyo autor es Manuel Gómez García. Editorial Akal. Año 1998.


En los próximos días os presentaré a otros personajes malagueños ilustres del siglo XIX – XX que espero sean de vuestro agrado y que tuvieron gran vinculación con la Academia de Declamación.

En el día de hoy quiero mostrar mi agradecimiento a una mujer muy especial, a la que tuve el placer de conocer hace ya casi tres años y con la que comparto muchas momentos de mi vida. Su nombre es María Haydee, pero la llamamos Heidi y esta tarde voy a tener el honor de oírla recitar un poema muy bonito que mi bisabuelo Arturo Reyes dedicó a la mujer, titulado: “Tu”, en un acto que celebra el Ayuntamiento del Rincón de la Victoria en homenaje a la Mujer. Como os imaginareis no faltaré y seguro que me emocionaré mucho porque en ese momento se conjugarán muchos sentimientos en mi interior que no sé si seré capaz de controlar.

Gracias Heidi por tu amistad, tu alegría, tu bondad, tu lealtad, toda tú...

Continuará…

BIBLIOGRAFÍA:
- Revista Blanco y Negro- F. S.- 16-07-1933. Hemeroteca ABC. Pags. 19-23.

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